Deficiencia auditiva y teoría de la mente. Un estudio de las variables que influyen en la comprensión de falsa creencia en niños y adolescentes sordos.

Usuario-VacioPor Inmaculada Quintana García,

Málaga, 2004.

Sección: Tesis, tesis doctorales.

INTRODUCCIÓN

Desde que a finales de los 70 Premack acuña el témino Teoría de la Mente –en adelante ToM (abreviatura inglesa de “Theory of Mind”)- este ámbito de investigación se ha ido consolidando como una línea de trabajo muy fructífera.

Premack y Woodruff (1978) indican que un individuo tiene ToM cuando se atribuye estados mentales a sí mismo y los atribuye a los demás, además esa atribución de estados mentales le permite hacer predicciones acerca de la conducta de otros. Esta definición ha ido matizándose y adoptando nuevos rasgos a medida que ha ido evolucionando el campo de estudio en las últimas décadas. Actualmente una definición de las habilidades implicadas en el desarrollo de la ToM debe incluir, al menos, los siguientes aspectos: la capacidad para comprender la existencia de estados mentales (deseos, creencias, pensamientos, ideas, sentimientos, etc.), la de atribuir esos estados mentales no sólo a uno mismo, sino también a los demás (aunque sean distintos de los nuestros), la de entender que los estados mentales (precisamente por ser lo que son) pueden ser verdaderos o falsos y, finalmente, ser capaz de emplear esta competencia en la predicción del comportamiento de los otros.

Sus peculiares características hacen que la ToM constituya una habilidad imprescindible para un adecuado desenvolvimiento social, puesto que sin la atribución de intenciones y deseos a los otros resultará muy difícil establecer y mantener relaciones como la de amistad, compañerismo, competitividad, resolver conflictos sociales y sostener intercambios comunicativos que requieren la adaptación al interlocutor y/o la interprentación de un sentido no literal (ironía, mentira, broma, etc.). Es por esto también que ésta es una capacidad muy vinculada a diversos ámbitos del desarrollo como son la interacción y comunicación, el lenguaje y la representación mental.

A pesar de que conceptualmente la ToM es una habilidad muy compleja -pues implica no sólo la representación mental de algo que no puede observarse directamente, sino también la descentración de la propia perspectiva, y el empleo de estas habilidades para predecir comportamientos- su desarrollo tiene lugar muy pronto. Los estudios sobre el desarrollo de la ToM proporcionan datos evolutivos claros: antes de los 4 años la mayoría de los niños se dejan llevar por su estado de conocimiento y responden de forma incorrecta a las tareas clásicas de falsa creencia que se emplean para evaluar ToM, cometiendo así lo que se denomina error realista (contestan en función de su propio estado de conocimiento, sin tener en cuenta que el estado mental del otro es distinto del propio). Sin embargo, entre el cuarto y quinto año de edad la mayoría de los niños son capaces de resolver correctamente estas tareas (Wimmer y Perner, 1983) y, aproximadamente dos años después, tareas más complejas, que implican no sólo atribuir a X una creencia, sino pensar sobre la creencia que X puede tener sobre Y; es decir, comprender y realizar atribuciones de estados mentales de segundo orden (Perner, 1988). El motivo de este desarrollo precoz puede encontrarse, tal vez, en lo cotidiana que resulta esta habilidad, en la cantidad y frecuencia de oportunidades que ofrece el entorno social de los niños para estimular el desarrollo de la misma a través de la comunicación diaria (Garfield y otros, 2001). …

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