‘Golpes contra el imperio’: culturas Sordas y educación de Sordos

Por Paddy Ladd[1],

Bristol, 2005.

Sección: Artículos, cultura sorda.

 

Nota a los lectores:

Este documento se basa en la versión original escrita para este Congreso antes de que se decidiera reducirla a 25 minutos, para acomodarla a la sobrecargada programación. No fue escrito en un estilo formal académico, de modo que pudiera ser accesible a más personas de todo el mundo. Una lista detallada de referencias puede obtenerse con el autor.

El uso hecho en el texto del pronombre ‘ustedes’ se refiere a los participantes en el congreso, no a los presentes lectores.

 

‘Golpes contra el imperio’: culturas Sordas y Educación de Sordos

Conferencia Principal del Vigésimo Congreso Internacional sobre Educación del Sordo (I .CE.D) Maastricht , Holanda. 19 de julio de 2005

 

  1. I ntroducción.

Cuando acepté la invitación para esta plenaria no tenía idea de que se la limitaría a 25 minutos. En tal caso hubiera tal vez dudado en aceptarla. Acepté finalmente porque oportunidades como esta se les presentan muy raramente en el ICED a los conferencistas Sordos, y tenía que agradecer al Comité Organizador por haber tenido el coraje de invitarme.

En muy pocas ocasiones he tenido tantas dificultades con un escrito mío como en este caso. Como veremos, esto se debe en parte al tema mismo de las culturas Sordas. Las culturas Sordas son culturas colectivistas (Mindess 2000) con una larga historia. De tal modo, en nuestras culturas un ponente Sordo es tradicionalmente urgido a asumir y expresar la “voz”de la mayoría (en mi libro, Ladd 2003, designo a esta persona con el término de ‘subalterno’), que está presente también en cada uno de nosotros como individuos. Algunas veces, esto significa que esas voces colectivas deben tener prioridad por encima de aquello que el individuo preferiría decir.

Muchos de ustedes ignoran casi todo acerca de las realidades de vida dentro de las comunidades Sordas, de modo que, con seguridad, no comprenderán cuán profundamente arraigados están el sufrimiento y la rabia de los Sordos por lo que les han hecho ustedes o sus ancestros profesionales. A lo largo de muchas décadas, los líderes Sordos han adoptado una política de “manos de seda” cuando tratan de lograr cambios en la educación de los sordos. La experiencia de la comunidad Sorda ha sido apartada de un modo tan absoluto de la crianza y educación de los niños Sordos, que los líderes y la mayor parte de miembros de la comunidad tienen miedo de exigir demasiado, ante la posibilidad de perder también las mínimas reivindicaciones ya conseguidas. De ese modo, ustedes deben saber que el tono suave que han leído en la mayor parte de escritos de Sordos acerca de la educación no expresa el dolor y la furia colectivas que la mayoría de los Sordos siguen sintiendo que están obligados a ocultar.

Sin embargo, están llegando los tiempos –más exactamente, ya están aquí – en los cuales mantenerse callado equivale a permanecer paralizado mientras se observa el aniquilamiento de nuestras comunidades, que se arriesgan a ser dispersadas a través de la “integración” y los experimentos del implante coclear, para vagar como almas perdidas, “deficientes auditivas”, a través de naciones de gente oyente, tal como continúan haciendo los indígenas americanos y otros pueblos colonizados.

Es tiempo ya, creo, de hablar y actuar en el lenguaje apasionado y orgulloso de sí mismos que usaban, de modo tan elocuente, nuestros ancestros Sordos en aquellos días en los que el oralismo llegó a nuestras tierras (cfr. Lane 1984), cuando la visión de sí mismos y de su verdadera “talla”, de sus dimensiones ontológicas como una misma nación global, no habían sido todavía diezmadas por el oralismo colonialista.

* * * * * *

Cuando considero la historia de lo que la “educación” de sordos ha hecho con nuestra gente –y con sus padres oyentes, también en los últimos 120 años (todo supuestamente por “nuestro propio bien”), y cuando, al hacerlo, me veo confrontado con las dimensiones colosales del dolor y el sufrimiento colectivo que les ha sido infringido tan innecesariamente, con los daños sicológicos, físicos y sociales que ellos han sufrido, y que cobran formas que ustedes incluso quizás nunca han imaginado…

Y cuando veo, ahora, que las causas de ese sufrimiento no han desaparecido, lo mismo que otras perversiones de ese tiempo, tales como la esclavitud, el racismo, el sexismo y muchas otras, sino que, al contrario, han regresado fortalecidas bajo las formas de la integración, los implantes cocleares y la ingeniería genética …

Entonces sé que tengo que usar esta singular palestra para hablar acerca de ellas, usando un lenguaje moderno que podría ayudar a establecer la escala y dimensiones reales que todos nosotros, tanto ustedes como yo, tenemos que enfrentar. Y entonces, lo mismo que los líderes de los Derechos Civiles de los Negros en la década de los 60 tuvieron que hacer, tengo que ‘decirle la verdad al poder’.

Preferiría haber dedicado esta conferencia a aspectos más positivos de la cultura Sorda en relación con la educación, o conversar con ustedes acerca de las enormes riquezas artísticas, sociales, culturales o históricas de las comunidades Sordas, que ustedes podrían utilizar para ampliar sus estrechas perspectivas acerca de los niños Sordos. Pero ahora se impone asumir una actitud más ‘defensiva’ para con nuestra gente.

Yo podría faltar a mi deber si no fuera por mis más de cincuenta años de experiencia personal en la educación de Sordos, yendo de niño a adulto, de trabajador social con niños Sordos y sus familias a maestro de Sordos y de oyentes, de administrador de escuelas para Sordos a docente e investigador en el tema de educación de Sordos en una de las universidades británicas de mayor prestigio. Muy pocas personas Sordas han pasado con éxito a través del sistema educativo para obtener algún tipo de sólida prominencia, a partir de la cual se justificara la invitación a un congreso como este.

A partir de mi ‘otra’ vida como activista Sordo sé que no me habría sido concedida jamás una oportunidad como esta de ahora, aun cuando, irónicamente, son por lo general los activistas las personas que tienen el mejor conocimiento de la situación, debido al tiempo que ellos han pasado viviéndola y experimentándola. Los activistas Sordos se hacen de un volumen notable de conocimiento de esa situación, por su facilidad de comunicarse con la gente Sorda de otras áreas de la nación Sorda global. En consecuencia, los activistas tenemos que absorber cantidades incluso mayores de ese innecesario sufrimiento que descubrimos allí. Es por eso que al estar presentes en un congreso internacional tenemos el deber, todavía mayor, de reflejar dicha situación.

De tal modo, yo (a semejanza de muchas otras personas Sordas que se han podido parar a exponer algo delante de ustedes), enfrenté una decisión: bien podía preparar una exposición profesional amablemente segura y contribuir, con ello, a construir mi prestigio; o bien podía hablar del daño que ha ocasionado y sigue ocasionando el así llamado profesionalismo, lo cual pondría en tal entredicho a muchos de ustedes, que tendría consecuencias negativas tanto personales como profesionales para mí. Y hablar de este modo podría desanimar a aquellos de ustedes que han estado trabajando pacientemente para lograr un pequeño cambio profesional (o más, si pueden) contra todos los factores que se oponen a ello. O eso puede incluso aburrir a algunos de ustedes que vienen de países más iluminados, como los escandinavos o los Estados Unidos, donde tales problemas no han golpeado tan severamente como en otras partes.

Digo que tenía una opción. Pero no era la opción real aquí. La gravedad de nuestros tiempos no me la permitió.

Ahora, cuando la gente común [2] está sufriendo las desproporciones de la práctica profesional, es mi deber como profesional Sordo usar el profesionalismo ‘contra sí mismo’ para establecer académicamente que, cuando los profesionales y la gente común están envueltos en un conflicto tan extremo, esta última debería tener prioridad para determinar los que se está haciendo en nombre de ella.

Así las cosas, ya que esta exposición fue limitada a 25 minutos, carezco incluso de espacio para comenzar a hacer una descripción plena de la situación, en condición de académico. Por lo tanto, la lógica me impone hablar aquí como “gente común académica” [3], lo cual significa que me abrogo “primacía epistémica” (Mohanty 2003) para mostrar la primacía del punto de vista de la gente común por sobre la así llamada perspectiva ‘profesional’. Para hacerse con los antecedentes de todo lo anterior, pueden ustedes referir a Ladd (2003), Lane (1984 y 1993), La Asociación Nacional de Sordos [4] (1982), la Blue Ribbon Ceremony (1999), y el libro de Ladd y West, acerca de los logros de los educadores Sordos, que está por aparecer.

  1. Puntos conceptuales claves para empezar.

Hay cuatro puntos conceptuales fundamentales para esta conferencia:

 2.1. El concepto de cultura Sorda.

Los Sordos han estado protestando, durante más de 120 años, contra la situación de la educación para los Sordos, y para eso se han valido de variados conceptos, tales como ‘derechos humanos’, ‘reconocimiento de los lenguajes minoritarios’, ‘genocidio’ y algunos otros, la mayoría de los cuales han sido ignorados o tomados en cuenta sólo parcialmente.

Pero como ilustra mi libro acerca de la cultura Sorda, al momento en el que uno reconoce que las comunidades Sordas tienen culturas, se atraviesa una línea crucial (Ladd 2003). Antes de este histórico momento, aquellos que detentaban el poder sobre las personas Sordas se atrevieron a negar que las visiones individuales de las personas Sordas reflejaran creencias colectivas de su grupo, a pesar de una abrumadora evidencia de lo contrario durante los pasados 120 años.

Sin embargo, como ilustra el libro, la existencia de las culturas Sordas puede ser ‘probada’. La más elemental definición es que si la gente tiene una lengua también tiene su propia cultura. Uno puede tener su propia cultura sin tener una única lengua, pero lo contrario es tanto física como sociológicamente imposible. De tal modo, se tiene uno que enfrentar a la evidencia de que, como pasa con todas las otras culturas, las culturas Sordas han compartido normas, creencias, valores y prácticas basadas en tradiciones que se extienden a lo largo de varias centurias. Y todas estas características informan acerca de sus perspectivas sobre la educación de los Sordos. Es tiempo, pues, de que quienes trabajan con la educación de los Sordos investiguen activamente esas perspectivas culturales, así como las vidas de las comunidades de ellas cuales provienen.

No se puede continuar escribiendo sobre las perspectivas individuales de los Sordos como ‘extremistas’, cuando ustedes tienen que reconocer que la mayoría de ustedes son fundamentalmente ignorantes acerca de las culturas de las cuales se derivan esas perspectivas. Soy consciente de que una gran cantidad de personas Sordas son incluso más resistentes a los valores de lo que ellos llaman el ‘mundo oyente’ que lo que soy yo, que socializo mucho más que esos Sordos con personas oyentes. Pero ustedes no son conscientes de eso porque saben muy poco acerca de las vidas de las personas Sordas.

El problema intelectual, incluso emocional que tenemos todos que enfrentar al asumir estas ‘nuevas’, excitantes y positivas posturas en relación con la cultura Sorda, para así introducir nuevas y mayores dimensiones a la educación de los Sordos es que, para hacerlo, tiene que cambiarse radicalmente todo lo que se ha considerado como los estándares profesionales en la educación de los Sordos. Eso tiene que ser sustituido por un modelo educativo más profundamente informado, holístico, centrado en la comunidad de niños Sordos. Una cosa no puede ocurrir sin la otra.

Hubo un período, entre 1975 y 1990, cuando pensábamos que este clase de cambio era posible a una escala amplia. Pero aquellos cuyo poder e intereses se ven amenazados por las positivas perspectivas descritas arriba han resistido a los cambios el tiempo suficiente como para permitirle a la tecnología aparecer en su aparente rescate, bajo la forma de programas de integración, implantes cocleares e ingeniería genética. Esto significa que, en lugar de las buenas noticias que podrían implicar el que ustedes nos estén dando la bienvenida, quizás representemos ahora para algunos de ustedes una amenaza aun mayor, pues ahora podemos sustentar académicamente nuestros argumentos.

2.2 Culturas colectivistas y culturas individualistas

Una vez que hemos aceptado que las culturas Sordas existen, podemos preguntarnos – ‘¿y qué clase de culturas pueden ser éstas?’ Ladd (2003) las identifica como culturas minoritarias (opuestas a subculturas).

Mindess (2000), entre otros autores, califica a cerca de 70% de las culturas del mundo como culturas colectivistas. Esto significa que sus valores están profundamente enfocados en lo que beneficia al grupo, al colectivo, al contrario de lo que ocurre en el restante 30%, las culturas individualistas, que tienen su prioridad en lo que beneficia al individuo. A consecuencia de que este 30% está mayormente conformado por culturas occidentales, las que han controlado la educación de los Sordos desde sus inicios, no resulta sorprendente el hecho de que sean incapaces de comprender la idea de culturas que están centradas en el grupo. Tales malentendidos culturales tienen enormes implicaciones, pero no es ahora ocasión de profundizar en ellos.

2.3 Culturas de minorías lingüísticas

Estos valores colectivistas Sordos están todavía más fortalecidos por el hecho de que las lenguas de señas también pertenecen a la categoría de miembros de minorías lingüísticas. Una característica principal de esas minorías, tales como las que hablan catalán, galés, etc. es experimentar la supresión de sus lenguas y sus culturas, lo que suele ejecutarse a través de los sistemas educativos de la mayoría lingüística. Con frecuencia, la primera prioridad de los grupos lingüísticos minoritarios es recuperar el control de los medios que permiten darle forma a un futuro positivo para sus hijos, es decir, de los sistemas educativos.

2.4 Colonialismo y educación de Sordos

Ladd (2003) además de otros autores hacen asimismo referencia al caso de que la sistemática opresión de los niños Sordos y las comunidades Sordas, durante los últimos 120 años, puede también ser mejor descrita como colonización. Esto es, la supresión de lenguas y culturas de los grupos colonizados y su sustitución por las lenguas y las culturas de los grupos colonizadores. La responsabilidad de la tarea de administrar a estos ‘nativos’ es asignada por los ministerios del gobierno a selectos grupos de profesionales, a quienes yo describo como ‘los colonizadores’.

Estos esquemas de supresión de las lenguas y las culturas de los grupos colonizados guardan paralelismos con lo expresado antes en el punto 2.3, pero se diferencian de aquellos casos en que a los Sordos, a fin de se justifique el colonialismo, debe negárseles, asaltárseles y dañárseles también su carácter ‘plenamente humano’. Hay que ‘deshumanizarlos’. Esto es, a diferencia de las minorías mencionadas en el punto 2.3, algunos tipos de colonización implican que el pueblo colonizado debe ser teorizado como subhumano.

Las desastrosas consecuencias de tales políticas occidentales pueden ser vistas entre los nativos americanos, los aborígenes australianos y los pueblos africanos, por ejemplo. Y la plena humanidad de los niños y los adultos Sordos continúa también negándose hoy a través de los actos (si no también de las palabras) de aquellos que están todavía ‘a cargo’ de ellos, con los mismos efectos deshumanizantes.

En la educación de Sordos, los daños culturales causados se manifiestan en la extendida dificultad de los Sordos para producir y entender la lengua escrita (cfr. Conrad 1979) y en un número creciente de problemas de salud mental (cfr. Hindley y Kitson [ed.] 2000), solamente por mencionar algunos entre muchos, muchos otros.

Sin embargo, hay una diferencia biológica crucial entre la gente Sorda y los demás grupos humanos mencionados antes. Imagínense que los británicos conquistaran Quebec, desplazando la lengua francesa y reemplazándola por el inglés. Eso sería un serio crimen, sí. Pero la gente allá podría continuar actuando como seres humanos, aprendiendo a hablar su nueva lengua. Pero cuando se trata de proscribir las lenguas de señas, la mayoría de niños sordos son incapaces de hablar o incluso de escribir y leer fluidamente en la lengua de los colonizadores. 120 años de fallas ‘profesionales’ han mostrado esto muy claramente. De tal modo, un número demasiado grande de egresados de las escuelas de sordos han sido dejados casi literalmente sin lenguaje. Todo lo que los ha salvado en la vida adulta es la medida en la cual ellos han aprendido una lengua de señas y ganado experiencia social y educativa de ese recurso paradójicamente poderoso – las culturas, creencias, valores y el apoyo de las comunidades Sordas – una vez que fueron capaces de ubicarlas.

En la mayor parte del mundo, el colonialismo está siendo ahora repudiado, se piden disculpas por él, y se dan pasos incluso para acordar algún tipo de reparaciones por los daños infringidos. El hecho de que estas medidas estén siendo tomadas es una medida para determinar cuán atrasada está aún la educación de los Sordos, cuán estrechamente está siendo controlada todavía por personas que se sienten horrorizadas ante la idea de estar siendo racistas o sexistas.

Pero esto ha sido ya planteado. Ustedes pueden tratar de ignorarlo. Pero no pueden ustedes seguir pretendiendo que no están profundamente sumergidos en un sistema colonialista.

2.5 Colonialismo y abuso infantil.

Del mismo modo, no podemos continuar pretendiendo que la experiencia del oralismo, con su cotidiana supresión de las lenguas y las culturas de los Sordos, y los variados e ingeniosos castigos físicos y mentales que ha desarrollado para forzar a ello, no cuadra perfectamente en las definiciones dadas del término ‘abuso infantil’. Que esto no haya sido todavía siquiera bien apreciado, sin mencionar el hecho de que no ha sido aceptado, es una medida del estrecho control que todavía tienen los oralistas sobre los canales de poder. A través del uso de ese poder para mantener a las comunidades Sordas y sus discursos aislados de los discursos dominantes, esas personas se aseguran de que el mundo permanezca en ignorancia acerca de lo ellos hacen en nombre del mundo, en nuestro nombre, con el dinero de los impuestos.

He usado la palabra ‘ustedes’ cuando me estoy dirigiendo a los oralistas y científicos que están entre ustedes. Pero por supuesto que reconozco que ustedes son humanos también, incluso cuando están ustedes negándome a mí mi plena humanidad. Sé que están ustedes atrapados dentro de las tradiciones colonialistas por las que han pasado y a las que se les da la fina etiqueta de «entrenamiento profesional» . Sé que algunos de ustedes tienen sus propias dudas acerca de lo que se les ha dicho que hagan, e intentan de alguna manera disminuir los efectos perniciosos de las órdenes que les dan. El análisis de la situación, usando el concepto de colonalismo, permite identificar la fuente del problema – que no son ustedes, sino aquellos que detentan el poder en las élites de sus profesiones, especialmente aquellos que trabajan mano a mano con el complejo médicotecnológico.

Es también importante reconocer que la mayoría de los programas de educación bilingüe para Sordos están todavía insertos en esta negativa infraestructura colonialista, en relación con los programas de entrenamiento, las estructuras educativas, las bajas expectativas y el limitado conocimiento que tienen de la cultura Sorda. El sistema se ha apenas reformado. No ha sido revolucionado – esto es, descolonizado, a través de permitir la creación de un sistema educativo realmente engranado con las necesidades de los colonizados y no de las de los colonizadores. Si esto hubiera tenido lugar realmente, la expansión de los implantes cocleares en Escandinavia, por ejemplo, no hubiera avanzado a pasos tan agigantados.

 

  1. Descolonizando la educación de los Sordos.

¿Dónde comienza entonces la descolonización? El primer paso es, por supuesto, darse cuenta de que la colonización es eso en lo que uno está participando, y que la descolonización es lo que uno debería tener como su objetivo – esto es, la independencia de las personas Sordas, incluyendo que asuman el poder de dar forma y administrar los sistemas educativos para Sordos.

Tal como expresó Gandhi:

Es tiempo ya de que se den cuenta de que ustedes son los amos en la casa de otro.

Ahora, congresos como este deberían ser nuestro hogar, un lugar donde conferenciáramos con ustedes en igualdad de condiciones, donde pudiéramos asistirnos mutuamente en nuestra tarea de buscar el mejor modo de educar a nuestros niños Sordos. Pero no lo son, de modo evidente. El pequeño porcentaje de participantes Sordos es un ejemplo. Otro es la enorme distancia a la que ustedes están de comprendernos. Si ustedes entendieran la cultura Sorda, sabrían que estos congresos ICED son vistos de modo muy distintos por los Sordos. Para nosotros, estos congresos, comenzando por el segundo congreso de Milán en 1880, son la mismísima herramienta colonialista con la cual todos los horrores son consagrados y ejecutados al pasar de los años. Y para aquellos de nosotros que estamos conscientes de la escala completa de nuestra historia, pararnos aquí frente a ustedes es experimentar el peso de esa historia, similar a volver al sitio, para dar apenas un ejemplo, donde ocurrieron los juicios de Nürenberg. Y la medida de que ustedes no son conscientes de esto es la medida en la que ustedes ignoran las dimensiones reales de la situación de los niños para cuya enseñanza les pagan a ustedes.

Permítanme entonces traerlos ahora un poco a la consciencia de ello.

3.1 Los Sordos son diferentes – pero igualmente humanos.

No puedo enfatizar suficientemente que ningún cambio significativo puede alcanzarse hasta que ustedes no nos vean como plenamente humanos, y como sus iguales. Es claro que muchos de ustedes no creen esto, como atestiguan sus sostenidos intentos por ‘curarnos’, o mantenernos ocultos y lejos de las escuelas mayoritarias. Algunos otros entre ustedes, a quienes nosotros llamamos ‘liberales’, nos ven un poco como iguales, pero tratan todavía de negar que somos fundamentalmente diferentes de ustedes, negando o ignorando nuestras necesidades biculturales.

Pero, en realidad, nosotros somos diferentes. Esta es en verdad nuestra fortaleza. Somos diferentes porque pensamos visualmente, y pensamos en las gramáticas de nuestras propias lenguas. Acostumbramos a decir – ‘como una raza distinta’, o ‘un grupo étnico diferente’. La verdad es más simple. Para citar a un gran maestro y líder Sordo de hace un siglo, George Veditz, somos pueblos del ojo. Somos personas con lenguas distintas a las de ustedes, y debido a eso – al igual que en cada uno de sus países piensan ustedes de un modo distinto a otros países – nosotros también pensamos de modo distinto. Y también lo hacen los niños Sordos a quienes ustedes controlan.

El reconocimiento que hace la cultura Sorda a la igualdad de la diferencia pone un espejo ante ustedes, que responde las preguntas para las cuales ustedes necesitan respuesta:

  • ¿Proviene la perspectiva de ustedes acerca de nosotros del hecho de vernos simplemente como seres discapacitados, como oídos inservibles sobre piernas?
  • ¿Cómo pueden ustedes tener una imagen objetiva de nosotros si no se asoman a nuestro mundo, no estudian nuestra comunidad Sorda global?
  • ¿Cómo pueden ustedes educar a niños Sordos si no saben lo que ellos pueden ser o llegarán a ser?
  • ¿Cuando los niños Sordos “fracasan”, en qué medida fracasan ellos debido a que la perspectiva que ustedes tienen acerca de ellos es bastante más pequeña que la verdadera visión de lo que ellos son en realidad?
  • ¿En qué medida están ustedes creando las condiciones para tal fracaso por estarles negando a ellos sus propias lenguas, y un grupo apropiado de pares, y el derecho a tener educadores Sordos en la elaboración de los programas educativos?
  • Hoy en día se acepta, ampliamente, que el apartheid, el racismo y el sexismo continuan existiendo debido al daño cultural de una parte profunda de la sique de las personas que mantienen tales posturas. Los ‘errores’ de épocas pasadas podían ser comprendidos antes de que estas ideas estuvieran ampliamente aceptadas, de modo que ese daño cultural puede ser visto como parte de una etapa del ‘desarrollo’ hacia una humanidad más plena ¿No es entonces la descripción de ese daño también apropiada para aquellos que continuan practicando (o estando inconscientemente influenciados por ellos) los valores colonialistas del oralismo y el oyentismo?

Para resumir, en la cuestión enmarcada por otras minorías que tratan de “decirle la verdad al poder»:

¿Son ustedes parte del problema o parte de la solución?

 

3.2 La gente Sorda como un valioso patrimonio de la humanidad.

Las culturas Sordas y sus historias revelan un tremendo volumen de logros individuales y grupales en las últimas centurias. Pero a ustedes no se les enseña esto cuando reciben su formación. Esto se debe a que el currículum que ustedes siguen está centrado en la negación de la existencia de esas lenguas, de esas culturas y de esa historia. Incluso en los casos en los que su entrenamiento profesional ha sido ligeramente reformado para alejarlo de tal negación estricta, las dimensiones reales de la historia y las culturas Sordas no se han convertido en el centro de sus entrenamientos. La cultura Sorda ha sido estudiada muy poco de modo adecuado, y esto no es una sorpresa – ni es una falla de ustedes, sino de aquellos que mantienen las riendas del poder.

Sin embargo, los logros de los Sordos trascienden los límites de sus propias comunidades. Las lenguas de señas ayudan a los seres humanos a retomar el contacto con sus propios cuerpos – lo cual ocure debido a que parcialmente, en el mundo entero, cientos de miles de personas oyentes normales han sido fascinadas por las lenguas de señas, y se inscriben en cursos para aprenderlas.

Investigaciones recientes sugieren que los niños oyentes desarrollan habilidades lingüísticas (orales) y cognitivas más rápido a través del uso de las señas. Imagínen – algo tan importante para la educación humana como esto, y apenas se lo ha reconocido desde hace cinco años ¿Qué otra cosa pueden enseñarles a ustedes los Sordos de lo cual ustedes aún no estén conscientes? ¿Qué tal cosas como la belleza y el valor de las formas artísticas de las lenguas de señas, o los placeres afirmadosenlavida de una cultura colectivista, por darles apenas dos ejemplos?

Antes de la colonización oralista, muchas personas Sordas creían que la habilidad de comunicarse unos con otros internacionalmente, para ser ciudadanos globales y por tanto convertirse en un modelo para la humanidad guerrerista, venía de sus lenguas de señas, que ellos consideraban un ‘regalo de Dios’, un regalo que ellos le estaban ofreciendo al mundo oyente.

Después del colonialismo, esta creencia ha sido dañada, pero aún existe. Las ilustraciones creadas por el artista Sordo ruso Alexandr Martianov de las portadas de mi libro del 2003 (Ladd 2003) y del de SuttonSpence, Ladd y Rudd 2004 sobre la poesía en lengua de señas de Dorothy Miles, se inspiran en esta idea.

Todo esto no es más que una mínima mención de todos los positivos ejemplos que se podrían ofrecer sobre el tema, y de haber tenido el tiempo para ello hubiera podido yo mostrarles videos para ilustrar algunos de ellos.

 

3.3 La autoconciencia cultural Sorda y la aceptación de la Sordera.

Todo lo dicho anteriormente, además de los placeres que provienen de ser parte de comunidades locales, nacionales y globales, puede ayudar a entender por qué los Sordos desean permanecer “Sordos” y no desean ser ‘curados’, y por qué se complacen en el nacimiento de cada niño sordo. La extensión en la cual ustedes son incapaces de comprender esto es nuevamente un espejo que las culturas Sordas sostienen ante sus ojos para mostrarles cuán poco comprenden realmente ustedes acerca de los niños que están enseñando.

3.4 Las personas Sordas como ciudadanos biculturales.

Parte del problema son las ideologías oralistas que ustedes han heredado – que si a los niños Sordos les fuera permitido formar parte de sus propias comunidades, se quedarían en ellas, en sus ‘ghettos Sordos’, tal como los denominaron los antecesores de ustedes, y no se incorporarían a la sociedad mayoritaria. Pero las personas Sordas han tratado siempre de ser parte de la sociedad. Cualquier afirmación que hayan escuchado acerca de lo contrario es una mentira perpetuada por aquellos que tienen una agenda completamente distinta.

La ironía del oralismo es que su cruel desviación y carencia de lógica realmente lleva a muchos Sordos a desconfiar de las personas oyentes, o a verlas a disgusto, y debido a eso, a evitar el contacto con ellas. Para darles un simple ejemplo: imaginen que a sus padres les hubieran prohibido comunicarse de modo significativo con ustedes: ¿cómo se sentirían ustedes ahora ante las personas que hubieran impuesto tal cosa?

Es lo más simple, la idea de mayor sentido común en el mundo, darle a los niños Sordos acceso pleno a sus lenguas y culturas, de modo que se pudieran desplazar con facilidad hacia adentro y hacia afuera de ambas comunidades durante el resto de sus vidas, aprendiendo de ambas, haciendo aportes a ambas, disfrutando de ambas y llevando información enriquecedora a través de ambas.

Esto es crucialmente necesario para los niños hipoacúsicos, también. Se puede argüir incluso que esto es más importante para ellos. Uno puede pensar que la facilidad con la cual ellos pueden hablar alcanza para permitirles tener vidas plenas en el mundo oyente. Pero –y hay que acentuarlo– esto no ocurre. Lo mejor que ellos pueden ser es ‘personas con discapacidad auditiva’, en lugar de convertirse en ciudadanos biculturales Sordos (Deaf ExMainstreamers 2003).

Cuando el resto del mundo, los ‘legos’ se da cuenta de que ustedes no están actuando según esta perspectiva del sentido común, expresan sorpresa y reprobación. Esto es una de las razones por las que los oralistas se toman tantas molestias para ocultar la verdad de lo que están haciendo con los niños Sordos.

3.5 Maestros y pedagogías Sordas.

El reconocimiento de la cultura Sorda también permite explicar el tremendo vínculo entre educadores Sordos y niños Sordos. Me pregunto cuánto se han tratado ustedes de explicar por qué existe ese vínculo ¿Ya pasaron por la idea de: ‘¡Ah, eso ocurre porque ellos son todos deficientes auditivos y comprenden los problemas del otro!?’

Pero de hecho, este vínculo tiene mucho que ver con que los adultos Sordos saben cómo comunicarse mejor con los niños Sordos. No es simplemente un asunto de dominio de la lengua de señas, sino también de incluir una comprensión de cómo funciona la mente de los niños, cuál es el mejor modo de disciplinarlos, persuadirlos, exhortarlos moralmente, animarlos, permitirles conocer y celebrar su Sordera y su membresía a la comunidad global Sorda, enseñarles cómo comportarse en sus dos mundos, y mucho, mucho más.

El libro de Ladd y West (por aparecer) es apenas un comienzo en la tarea de reportar y analizar estos profundos procesos. En cerca de 250 años de educación de Sordos será el primer estudio extenso de esta clase –al menos en inglés. Todas esas bibliotecas repletas de libros acerca de los niños deficientes auditivos y su educación, y todo el dinero invertido en la así llamada “investigación” –¡y a casi nadie se le ha ocurrido siquiera averiguar lo que las personas Sordas realmente hacen e hicieron hasta hace un siglo, antes de que los expulsaran de la educación de Sordos!

Pregúntense a ustedes mismos qué mensaje envía esto al mundo acerca de la profesión de los educadores de Sordos y su colonialismo.

En nuestro libro definimos siete rasgos centrales de las pedagogías Sordas. Lo que resulta especialmente fascinante es la extensión en la cual estos rasgos parecen poder encontrarse alrededor del mundo –los hemos identificado en todo el globo, desde el Reino Unido hasta Brasil pasando por los Estados Unidos. Y algo incluso más importante, ¡estos rasgos se observan en educadores Sordos que nunca se han encontrado con sus pares de otros países! Se sugiere aquí la existencia de una actitud global de la Sordera, que puede remitir a los positivos rasgos globales de las comunidades Sordas que fueron sugeridos antes.

La diferencia esencial entre estas pedagogías y las de ustedes es cultural – las personas Sordas ven a los niños Sordos como los futuros líderes de sus comunidades. Mientras mejor estén ellos educados, tanto moral, espiritual como emocionalmente, mejor serán los miembros de sus comunidades, mejores embajadores, capaces de atravesar la brecha que separa los mundos Sordo y oyente. Esta es una visión orgánica, holística de los niños Sordos como Sujetos, a través de la cual ellos saben cómo activar lo que hemos llamado los ‘motores de la motivación’ de los niños Sordos.

Esta visión se erige en contraposición a la tradición mecanicista de los últimos 120 años, que considera a los niños Sordos como Objetos que tienen que ser enseñados a través del uso de ‘herramientas’. Estas herramientas pueden ser tecnológicas o incluso la ideología de algunos programas bilingües –en los que las lenguas de señas son meras ‘herramientas educativas’ en el camino del objetivo real: las lenguas mayoritarias y la asimilación en el ‘mundo oyente’.

Hemos notado también que la mayoría de maestros oyentes carecen de habilidades en la mayoría de estos siete rasgos. No se piense que para nosotros cualquier persona Sorda puede ser un buen educador. Es necesaria más investigación para determinar qué hace un buen maestro Sordo que otras personas Sordas no hacen.

Una vez se hayan asimilado los descubrimientos reportados en este libro, es posible pedirles a las personas oyentes que trabajan en la educación de los Sordos que realicen una autoevaluación, para determinar la naturaleza de las habilidades que ellos utilizan, de modo que se les pueda dar una expresión formal. Una vez que se haya logrado esto, tanto las personas oyentes como las Sordas deberían ser capaces de combinar sus respectivas estrategias (junto a las experiencias equivalentes de oyentes y de padres Sordos de niños Sordos) para aprehender la totalidad ‘real’ de la visión sobre la educación de Sordos, y para apreciar el positivo aporte cultural y las estrategias que cada uno trae de sus propios ‘mundos’.

  1. Haciendo frente al neocolonialismo en la educación de Sordos.

El progreso que las comunidades Sordas estaban haciendo en dirección a todo lo afirmado en los párrafos anteriores ha sido, por supuesto, severamente dañado en los últimos años por tres corrientes neocolonialistas:

  • la tendencia integradora de las escuelas de Sordos;
  • los implantes cocleares y el neooralismo;

y

  • la ingeniería genética.

 

Podría resultar chocante, para algunos de ustedes, saber que estas corrientes pueden ser definidas – a través de los propios documentos de las Naciones Unidas – como genocidas. Se sorprenderían aún más de saber que una organización Sorda, la Unión Nacional de Sordos (National Union of the Deaf, NUD) del Reino Unido, fue quien primero definió y explicó esto en un documento de 80 páginas enviado a la ONU hace ya casi veinticinco años, en 1982.

Convención de la ONU para la Prevención y el Castigo del Crimen de Genocidio [5]:

Artículo 2. ‘Cualquiera de los siguientes actos, cometido con la intención de destruir total o parcialmente… un grupo como tal:

  1. Asesinar a los miembros de un grupo.
  2. Ocasionar daños corporales o mentales severos a los miembros de un grupo.
  3. Inflingir daños en las condiciones de vida de un grupo, tomando como objetivo su destrucción física total o parcial.
  4. Imponer medidas diseñadas para prevenir los nacimientos dentro de un grupo.
  5. Transferir a través del uso de la fuerza niños de un gupo a otro.

El oralismo, en su forma tradicional, transgrede permanentente lo señalado arriba en el numeral 2, y algunas veces lo indicado en los numerales 3 y 4. El neocolonialismo, sin embargo, hace eso diariamente con lo establecido por los numerales 25, e incluso también lo que predica el numeral 1. En verdad, por el hecho de que un número no dado a conocer de niños sordos mueren a consecuencia de los implantes cocleares, puede argumentarse también que el numeral 1 ha sido ya violado, aunque se lo haya hecho a través de una obstinada ignorancia y la experimentación más que a través de deliberada negligencia/criminal, tal como ocurre con la educación de los indígenas en los Estados Unidos (Churchill 2004). En este escrito, sin embargo, no tengo la intención de enturbiar más las aguas por insistir en la violación del numeral 1. Ya los numerales 25 nos ofrecen suficiente material para destacar el problema.

Todavía más – si ustedes leyeran el reporte de la NUD, encontrarían también que las leyes en relación con el genocidio contemplan el castigo de la ‘complicidad en el genocidio’. Y estas leyes serían mucho más aplicables a las labores de muchos de ustedes –por la participación en sus prácticas profesionales, y por su conocimiento de lo que está ocurriendo a escala mundial con los niños sordos– que lo que ustedes se dan cuenta! (ver Ladd en Komesaroff, en prensa).

Examinemos ahora de qué modo esas tres formas de neocolonialismo llenan las condiciones establecidas por la ONU para definir el genocidio.

4.1 La integración.

Ningún niño en ninguna cultura puede crecer sanamente sin tener contacto pleno con un número amplio de otros niños y de adultos. La idea de la integración fue desarrollada en el seno de culturas individualistas occidentales, e impuesta a la cultura colectivista Sorda. Debido a la errónea insistencia de ustedes en los así llamados ‘derechos individuales’ (que en realidad no tienen nada de tales), las escuelas para Sordos están siendo cerradas rápidamente. Para las culturas Sordas, las escuelas son como los ‘templos’ de la nación Sorda, donde los niños Sordos aprenden unos de otros y de los maestros Sordos del modo positivo y celebratorio descrito antes.

De hecho, al destruir al colectivo, al cerrar las escuelas para Sordos, están ustedes asegurando que los derechos individuales de los niños Sordos y sus padres oyentes de tener una opción no existan en el futuro! Esto ha comenzado realmente a pasar en numerosas instancias. Tengo también que señalarles que no existe algo como una integración real bilingüe bicultural – se trata de un concepto falso– debido a que sin un contexto Sordo apropiado y rico, con suficientes adultos Sordos trabajando en él, la llamada integración no es más que otra forma de asimilación cultural. Respeto el hecho de que en algunos países la integración con lengua de señas ha sido la única manera de deshacerse del control oralista sobre las escuelas de Sordos. Pero esto no significa que tales opciones sean aceptables.

Son estas políticas de integración, puestas en práctica con las poblaciones indígenas de los Estados Unidos y con los aborígenes australianos, las responsables de haber casi exterminado sus culturas, más que el sistema de reservaciones en sí, independientemente de los niveles de pobreza que se observan en ellas. Las niños víctimas de esto son llamados ‘las generaciones robadas’, lo que es una descripción bastante precisa (Beresford y Omaji 1998). (Pueden ustedes también ver el film ‘RabbitProof Fence’ para obtener explicaciones posteriores de esta experiencia).

4.2 Los implantes cocleares y la ingeniería genética.

Sugerí antes que estos dos desarrollos neocolonialistas, en los lugares en los que son promovidos por los oralistas, son también políticas genocidas. Dos citas, separadas entre sí por cerca de 150 años, muestran la consistencia histórica y la extensión de lo que temo solamente puede ser denominado como un ‘odio perturbado hacia las personas Sordas’ [6] que está ampliamente extendido en el complejo médicotecnológico:

Cita de mediados del Siglo XIX:

Los Sordos creen que son nuestros iguales en todos los aspectos. Deberíamos ser generosos y no destruir tal ilusión. Pero, independientemte de lo que ellos crean, la sordera es una deformación, y nosotros deberíamos corregirla, sea que la persona que la sufre sufra inconvenientes por ello o no. r. Meniere (sin fecha – antes de 1855) [citado en Lane, 1984]

Y otra, demasiado reciente:

El hecho, simplemente, es que si la [cultura de los Sordos estadounidenses] pudiera ser eliminada de modo seguro, sería una cosa conveniente el eliminarla.

Profesor Merzenich, Asociación Psicológica Estadounidense [citado en Clay, 1997] Yo, al igual que otros centenares de miles de personas, tanto Sordos como oyentes, les digo lo siguiente a todos aquellos que piensan de tal modo: ‘No son los Sordos quienes son seres humanos dañados. Son ustedes!’

En relación con los implantes cocleares mismos, muchas personas Sordas en todo el mundo se preguntan cuál es la razón de que los educadores de Sordos no se hayan hecho a sí mismos algunas serias preguntas sobre tales implantes ¡El prolongado silencio acerca de preguntas como estas proyecta una sombra sobre un buen número de ustedes como profesionales! Estas preguntas incluyen:

  • ¿Por qué razón se cuestiona o incluso se impide continuamente la investigación sobre los efectos sicológicos y sociales del implante coclear?
  • ¿Cuántos niños Sordos han muerto o han sido incapacitados como resultado de los implantes cocleares? ¿Dónde están las estadísticas? ¿Por qué no se han conservado? Y en el caso de que se hayan conservado ¿por qué depende esto de la voluntad individual y no es una exigencia legal?
  • ¿Por qué razón hay gente destruyendo ‘secretamente’ los restos auditivos (por ejemplo en bebés) que podrían ser utilizados a través de audífonos, y reemplazando tales restos con una señal auditiva que acústicamente parece ser del todo inferior?
  • ¿Cómo es que las compañías que producen los implantes cocleares están invirtiendo tantísimo dinero en estos programas si las ganancias reales de cada implante son tan bajas? ¿Quién está realmente detrás de todo esto, y cuáles son sus motivos verdaderos?

Ladd (en Komesaroff, en prensa) va todavía más lejos en esto último. Quiero recordar aquí ahora al recientemente fallecido Mark Felt, el famoso agente ‘Garganta Profunda’ del caso Watergate, y decir como él:

¡Sigan la pista del dinero !

Queda muy poco tiempo para discutir el tema de la ingeniería genética, excepto para señalar que el intento por eliminar las comunidades Sordas a través de la manipulación genética significa también eliminar de la faz del planeta más de 250 lenguas [7]¡Esto contraviene también las decisiones de la ONU, plasmadas en leyes de vigencia internacional!

  1. Un breve cierre.

Este documento ha reunido, y por necesidad brevemente presentado, las muchas maneras en las cuales la cultura Sorda es un espejo puesto al frente de la educación para Sordos. Si el tiempo lo hubiera permitido yo también hubiese mostrado ante los ojos de ustedes el perjuicio inmenso hecho en el mundo entero a millones de padres oyentes y familias de niños Sordos por negarles el acceso a las culturas Sordas y a las lenguas de señas. Pero esto es, en conjunto, otro grupo de escandalosos escenarios que todavía requieren ser investigados apropiadamente. A partir de los pocos estudios que hemos hecho, resulta claro que los padres Sordos de niños Sordos son quienes mejor saben cómo criar a los niños Sordos. Si se acepta esto ¡debe entonces llegar el momento de aceptar que los maestros Sordos son quienes mejor saben cómo educar a los niños Sordos! Entonces ¿por qué no adoptar nuestra amplia visión sobre el asunto, y estudiarla, así como estudiar nuestras artes y culturas?

Me hubiera encantado disponer del tiempo necesario para compartir con todos ustedes un poco más sobre los muchos rasgos positivos que las culturas Sordas pueden traer a la educación de los Sordos y a los padres oyentes. Pero esta vez no podrá ser.

‘Es hora’, digo, en consciencia de que muchos de nosotros, tanto Sordos como oyentes, también dicen: ‘¿cuánto tiempo, Señor, cuánto tiempo más tendremos que repetir las mismas advertencias de siglos anteriores, una y otra vez?’

Pero hay ahora muchos más profesionales oyentes de mentes abiertas que los que había hace 20 años. Contando con sus sinceros esfuerzos como aliados, podremos seguramente compartir con ustedes estos aspectos positivos un día no lejano.

Permítanme terminar este acto de “decirle la verdad al poder” con la esperanza de que esta presentación pueda servir también como un llamado a despertar para aquellos de ustedes cuyas mentes no han sido ensordecidas todavía ¡Y terminemos con este colonialismo anacrónico, de manera que podemos todos concentrarnos en un verdadero disfrute y aprovechamiento [8] de la relación entre los niños Sordos y sus educadores Sordos, y de las artes y culturas que ellos pueden ofrecerles a ustedes como parte de la maravillosa diversidad de la especie humana!

 

Referencias.

Beresford, Q. y Omaji, P. (1998) Our State of Mind – Racial Planning and the Stolen Generations. South Fremantle WA : Fremantle Arts Centre Press.

Churchill, W. (2004) Kill the Indian, save the Man. San Francisco CA: City Lights Books.

Clay, R. (1997) Do hearing devices impair Deaf children? Monitor, July 1997. American Psychological Association.

Conrad, R. (1979) The Deaf School Child – Language and Cognitive Function. London: Harper and Row.

Deaf ExMainstreamers Group [ed] (2003) Between a Rock and a Hard Place – the deaf mainstream experience. Wakefield: Deaf ExMainstreamers Group.

Hindley, P. y Kitson, N. [eds] (2000) Mental Health and Deafness. London: Whurr.

Ladd, P. (2000) The Blue Ribbon Ceremony at the World Federation of the Deaf Congress, Brisbane, Australia, 1999. Brisbane: Queensland Educational Television for the Australian Association of the Deaf Inc.

Ladd, P. (2003) Understanding Deaf Culture – In Search of Deafhood. Clevedon: Multilingual Matters.

Ladd, P (en prensa) Cochlear Implantation, Colonialism and Deaf Rights. En: Komesaroff, S. [ed] Surgically Implanting Deaf Children. Washington DC: Gallaudet University Press.

Ladd, P y West, D. (por aparecer) Seeing Through New Eyes – Deafhood Pedagogies and the Unrecognised Curriculum. New York: Oxford University Press.

Lane, H. (1984) When the Mind Hears. New York: Random House.

Lane, H. (1993) The Mask of Benevolence. New York : Random House.

Mindess, A (2000) Reading Between the Signs – Intercultural communication for sign language interpreters. Yarmouth ME : Intercultural Press.

Mohanty, S. (2003) The Epistemic Status of Cultural Identity. En: Martin Alcoff, L. y Mendieta, E. [eds] Identities : Race, Class, Gender and Nationality. Oxford: Blackwells.

National Union of the Deaf (1982) Charter of Rights of the Deaf – Part One : The Deaf Child. London: National Union of the Deaf.

Sutton-Spence, R, Ladd, P. y Rudd, G. (2004). Analysing Sign Language Poetry. Basingstoke: Palgrave Macmillan.

 

Notas:

[1] Universidad de Bristol (Inglaterra) Email: pad.ladd@bristol.ac.uk

[2] «Consumer», en el original.

[3] «Academic consumer», en el original.

[4] National of Union of the Deaf

[5] Nota del traductor. Este tratado fue aprobado en 1948 durante las primeras sesiones de la ONU. Puede ser consultado en http://www.un.org/cyberschoolbus/treaties/genocide.asp.

[6] «deranged hatred of Deaf people», en el original.

[7] 250 lenguas de señas. Nota del traductor.

[8] Nota del traductor: En el texto original se usa la palabra enjoying, que significa al mismo tiempo “disfrutar“ y “aprovechar un beneficio”. La palabra española “disfrutar” tiene originalmente ambos sentidos también, pero en ella es hoy más fuerte el primero.

 

Traducido para Cultura Sorda del original inglés, con la anuencia del autor, por Alejandro Oviedo, Berlín, 2006.

4 Comentarios

  1. Belén de Arado said:

    Excelente Paddy Ladd! Es el Titán de la cultura Sorda. No dejo de maravillarme cada vez que lo leo. Dios lo bendiga!

    21 abril, 2018
    Reply
  2. Jimena said:

    Hola. Muy interesante la nota. Yo soy estudiante de LSU de Uruguay y estoy en busca de su libro » en busca de la sordedad» . Tenia entendido que en Chile lo encontraba pero no he podido aún dejo mi correo y si alguien me puede ayudar les agradezco. Jimero01@Gmail.Com

    28 marzo, 2018
    Reply
  3. Silvana De Simone said:

    EXCELENTE artículo de Paddy Ladd! Gracias cultura-sorda.org por publicar su conferencia en español. Me gustaría conocer más profundamente su trabajo e investigaciones sobre educadores Sordos.

    4 octubre, 2016
    Reply
    • Alejandro Oviedo said:

      Gracias, Silvana! Hay mucho de Paddy Ladd en la red, en señas internacionales. La mayor parte de sus trabajos son, lamentablemente, difíciles de conseguir en América Latina 🙁

      4 octubre, 2016
      Reply

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