Sobre el médico francés Jean Marc Gaspard Itard (1774 ‐ 1838)

Alejandro OviedoPor Olivier Héral y Alejandro Oviedo,

Francia / Alemania, 2007.

Sección: Biografías.

 

 

Jean Marc Gaspard[1] Itard fue un médico francés, pionero de la educación especial y de la otorrinolaringología. Se hizo famoso por sus trabajos acerca del caso de Victor de Aveyron, el llamado « Niño salvaje de Aveyron ». He aquí algunas notas para conocerlo.

 Jean Marc Itard
Jean Marc Itard

Sus primeros años

Itard nació el 25 de abril de 1774 à Oraison, en la región de la Provence, al sur de Francia. Hizo sus estudios en las ciudades de Riez y Marsella, lo que completó en 1789, en año en que comenzó la revolución francesa. Itard, como otros muchos jóvenes de su tiempo, se vio envuelto en la guerra, donde sirvió como personal sanitario. El año de 1793, durante el sitio de Toulon, se convirtió en el asistente de Vincent Arnoux, director del hospital militar y amigo de su familia. Esto lo llevó a visitar, a partir de 1795, los cursos de cirugía impartidos por el médico Dominique-Jean Larrey, en Toulon, y más adelante en París, en Val de Grâce. Tras ello presentó las oposiciones para cirujano de segunda clase.

El encuentro con Víctor de Aveyron

Las primeras referencias acerca de la existencia de este niño se remontan al año de 1797, en el sector de Lacaune, Tarn. En esa zona, en la primavera de 1798, un grupo de campesinos lo atrapó. Lo vistieron y le dieron el nombre de “Joseph“, y lo expusieron a la vista del poblado en la plaza pública de Lacaune. Poco después, el muchacho pudo escaparse y desapareció en los bosques. Quince meses más tarde, en junio de 1779, fue vuelto a capturar en la floresta y llevado una vez más a Lacaune. Nuevamente se le proveyeron vestido y alimento y se le instaló en la casa de una viuda. Esa estadía no duró, sin embargo, más de ocho horas. Pasado ese tiempo encontró el muchacho nuevamente la manera de escaparse.

A partir de ese momento, sin embargo, la actitud del muchacho se modificó, pues comenzó a ir errabundo por las montañas de la región y a acercarse a las granjas cercanas en busca de alimento.

Luego de más de seis meses de vagabundear por la zona, en enero de 1800 (año en que hubo uninveierno particularmente duro), el niño salvaje se refugió en la casa de un tintorero llamado Vidal, en las cercanías de Saint‐Sernin‐sur‐Rance en Aveyron. En los días siguientes, entre el 10 y el 12 de enero, fue enviado el hospicio de Saint‐Afrique, y luego a Rodez, el 4 de febrero de 1800. Ahí permaneció hasta el 20 de julio, fecha de su partida a París.

El interés de los científicos en el caso surge ya desde la estancia del niño en Aveyron. Entonces fueron redactadas dos observaciones. La primera se debió a Constant de Saint‐ Estève, un erudito, comisario del Directorio y miembro de la municipalidad de Saint‐ Sernin, que estuvo entre quienes atraparon al niño. Este hombre permaneció a su lado y lo observó por muchas horas. Su reporte sobre el salvaje de Aveyron , redactado el 22 de enero de 1800, fue el primer escrito realizado. El segundo se debió a Pierre Joseph Bonnaterre, profesor de historia natural en la escuela central de Aveyron. Estos dos escritos fueron publicados en París poco después, Bonnaterre incluyó en su documento las cuatro páginas de observaciones redactadas por Saint‐ Estève.[2]

Luego de visitar varias ciudades, el muchacho fue llevado a París por orden del ministerio del interior, donde lo examinó una comisión de la Sociedad de Observadores del Hombre (Société des observateurs de l’homme), la primera sociedad antropológica del mundo. En ella, un médico siquiatra llamado Philippe Pinel argumentó que el muchacho sufría de un idiotismo incurable. Pero Itard, quien estaba entre los estudiosos que discutían sobre el tema, se opuso a la idea, argumentando que la situación de abandono a que había sido sometido lo había llevado a tal estado, y que un proceso educativo podría tal vez reinsertarlo en el mundo de los hombres. Se decidió entonces enviarlo al Instituto para Jóvenes Sordos de París, con la idea de que fuera “demutizado” allí, a cargo de Itard.

La escuela no tenía experiencia pedagógica con niños feraces, pero era la única institución de esa época que se dedicaba a la enseñanza del lenguaje en situaciones especiales.

El Instituto de Jóvenes Sordos de París era dirigido entonces por el Abad Roch Ambroise Cucurron2[3] Sicard, quien también era miembro de la Sociedad de los Observadores del Hombre. A instancias de esta sociedad se convenció a las autoridades francesas de apoyar un experimento científico de observación del muchacho en el Instituto de Jóvenes Sordos. A pesar de que aún no había finalizado sus estudios de medicina (cosa que hará en 1802), Itard había sido contratado a finales de 1800 por Sicard como médico del instituto. Sicard decidió encargarle a Itard la educación del muchacho, cosa que el joven médico asumió entre 1800 y 1806, como empleado del Instituto. Fue Itard quien bautizó “Víctor” al muchacho.

Sus estudios e informes acerca del niño de Aveyron le darían fama mundial a Itard. La investigación de Itard procuraba dar respuesta a las interrogantes de cuánto de nuestra conducta debemos al medio cultural y cuánto a nuestra condición natural. Sus métodos de trabajo con Víctor de Aveyron, resumidos por Itard en dos libros publicados en 1801[4] y 1807[5], le granjearon el mérito de pionero en el campo de la educación especial. El muchacho logró significativos cambios en su conducta, desarrolló afectos hacia sus instructores, llegó a reconocer el nombre de muchos objetos y a producir algunos sonidos sobre el modelo de palabras del francés con correcta intención comunicativa, pero no llegó a aprender a hablar. Este fue, sin embargo, el primer proceso documentado de educación de una persona en tales condiciones.

Itard esbozó, a partir de su trabajo, una definición de la inteligencia humana en relación con la educación:

Si consideramos la inteligencia humana en el período de la primera infancia, el hombre no parece destacar por encima del nivel de los otros animales. Todas sus facultades intelectuales están estrictamente confinadas al estrecho círculo de sus necesidades corporales. Todas las operaciones de su mente se realizan a partir de sí mismo. La educación tiene entonces que moldearlas y aplicarlas a su instrucción, lo que significa un nuevo orden de cosas que no están conectadas a sus primeras necesidades. Esta es la fuente de todo conocimiento, de todo progreso mental, y de las creaciones de los genios más sublimes. Cualquier grado de probabilidad se basa en esta idea, yo únicamente lo repito aquí como el punto de partida del camino hacia la realización de su fin último (Itard, 1801).

A pesar del fracaso en su proyecto, Itard insistió en la validez de su hipótesis ambientalista. La importancia de su trabajo no radicó en el éxito de la educación de Víctor, sino en el hecho mismo de haber intentado educar al muchacho. Fue el primer médico en haber propuesto el método de compensar el retraso producido por la deprivación social a través de un tratamiento pedagógico. Este es el origen de la idea de que las personas con retardo mental son educables.

La obra de Itard

Una vez en el Instituto de Jóvenes Sordos, Itard comenzó a interesarse también por la enseñanza del habla a los niños sordos. La influencia de Itard durante su estadía en esa institución, de la cual fue el primer médico residente, fue determinante para la introducción allí de una concepción clínica de la sordera. Sus escritos al respecto[6] lo hacen precursor de la pedagogía para sordos.
 Itard fue autor de numerosos trabajos científicos en diversos dominios de la medicina: otología, audiología, foniatría y neurología. El llegó a describir, por ejemplo, y 60 años antes que Georges Gilles de La Tourette, la afección nerviosa caracterizada por la falta de coordinación motriz acompañada de ecolalia y coprolalia, que hoy es conocida con el nombre de „Mal de Gilles de La Tourette”.

En 1821 publicó un tratado sobre las enfermedades del oído y la audición (Traité des maladies de l’oreille et de l’audition, París), que lo convirtió en el precursor de la Otorrinolaringología. Sus trabajos le merecieron, ya desde 1801, ser nombrado miembro de la Société Médicale de Paris (Academia de Medicina de París).

Itard murió el 5 de julio de 1838, en Beauséjour, comuna de Passy, y fue enterrado en el cementerio de Montparnasse, en París.

Este es uno de esos personajes cuya obra se ignora en la actualidad, y quejugó un rol muy importante en la historia de la educación de los sordos. Esperamos que este escrito motive a otros a acercarse a Itard con el interés de conocer mejor lo acaecido en aquellos años fundacionales.

Fuentes consultadas:

Brauner A., éd, 1988, Il y a 150 ans, l’enfant sauvage – Itard, inédit, Lieux de l’Enfance.

Chappey, J. L. (2002) La Société des Observateurs de l’homme (1799‐1804), des anthropologues au temps de Bonaparte. Paris: Société des études robespierristes.

Gineste Th. (2005) Victor de l’Aveyron, dernier enfant sauvage, premier enfant fou, Paris: Hachette.

Héral O. (2003) “Joseph, l’enfant sauvage de Lacaune : un cas princeps également à l’origine de l’orthophonie en France”, J. Réadapt. Méd., 23, 1, págs. 24‐28.

Héral, O. (2005) „Contribution à l’histoire de l’orthophonie en France : Jean Marc Gaspard Itard (1774 – 1838), médecin et rééducateur, J. Réadapt. Méd., 25, 4, 190‐196.

Héral, O. (2006) L’orthophonie avant l’orthophonie … au travers de quelques grandes figures du passé, cas célèbres ou anciennes techniques de rééducation. Presentación hecha en el 6to Festival Audiovisuel en Orthophonie, Nancy (Francia) 10, 11 y 12 noviembre 2006

Itard, J. (1994) Victor de l’Aveyron, précédé de Le Docteur Itard entre l’énigme et l’échec par François Dagognet. Paris: Éditions Allia.

Itard, J.M.G. P (1801 y 1806) Mémoire et Rapport sur Victor de l’Aveyron.

Lane, H. (1984). The Mask of Benevolenve. A History of the Deaf. Nueva York : Penguin.

Malson, L., (1964) Les enfants sauvages, Paris: Union Générale d’Éditions.

Jean Itard, éducateur et médecin des Lumières. URL (visto el 08/12/07): http://pagesperso‐ orange.fr/alain.kerlan/HISDOC%2002%20% 20ITARD.htm

Jean Marc Gaspard Itard. Wikipedia (versión en francés), URL (visto el 08/12/07): http://fr.wikipedia.org/wiki/Jean_Itard

Jean‐Marc Gaspard Itard. Human Inteligence, URL (visto el 08/12/07) http://www.indiana.edu/~intell/itard.sht ml

Jean Itard Wikipedia (versión en alemán), URL (visto el 08/12/07): http://de.wikipedia.org/wiki/Jean_Itard http://classiques.uqac.ca/classiques/itar d_jean/victor_de_l_Aveyron/itard_victor _aveyron.rtf

Blog Historia particular del mundo. “Truffaut, pedagogía y amor.” URL (visto el 08/12/07): http://historiaparticular.blogspot.com/2 006/05/truffaut‐pedagoga‐y‐amor.html

Enrique Martínez Salanova‐Sánchez. « El pequeño salvaje ». La privación de la socialización por abandono. URL (visto el 08/12/07): http://www.uhu.es/cine.educacion/cine yeducacion/temaspequenosalvaje.htm

Apéndice:

Algunas publicaciones de Jean Marc Gaspard Itard

Itard, J.M.G. (1817) Mémoire sur le bégaiement, Journal universel des sciences médicales, 1817, 7, 129‐144. (Existe una edición más reciente en inglés con comentarios y una bibliografía, hecha por Clark, Michael J. (ed. y traductor) (1980) “Jean Itard: A Memoir on Stuttering “ . En: Psychology of Language and Thought: Essays on the Theory and History of Psycholinguistics. New York: Plenum Publishing Co., págs. 153‐184).

Itard, J.M.G. (1812) “Mémoire sur les moyens de rendre la parole aux sourds‐ muets, présenté à la Société de médecine de Paris, par M. Itard, médecin de l’hospice des sourds‐muets” (de los extractos publicados en el Bulletin de la faculté de médecine de Paris, 1812, 1, págs. 72‐79, y luego en Journal de Médecine,1818, 15.

Itard, J.M.G. (1821) Rapport fait à MM. les administrateurs de l’Institution des sourds‐muets de Paris sur ceux d’entre les élèves qui, étant doués de quelque degré d’audition, seraient susceptibles d’apprendre à parler et à entendre“ Journal universel des sciences médicales, 22, págs.5‐17.

Itard, J.M.G. (1825) „Mémoire sur quelques fonctions involontaires des appareils de la locomotion, de la préhension et de la voix” Archives générales de médecine, 8, págs. 385‐ 407.

Itard, J.M.G. (1827) „Sur le traitement des sourds‐muets“ Archives générales de médecine, 1827, 14, pág. 598.

Itard, J.M.G. (1828) “Sur les sourds‐ muets” Archives générales de médecine, 17, pág. 290.

Itard, J.M.G. (1828) “Sur les traitements de la muti‐surdité congénitale”, Journal général de médecine, 103, págs. 391‐398.

Itard, J.M.G. (1828) “Mémoire sur le mutisme produit par la lésion des fonctions intellectuelles” Mémoires de l’Académie royale de médecine, Paris, págs. 1, 3‐18.

Itard, J.M.G. (1831) “Du bégaiement et de tous les autres vices de la parole, rapport fait à l’Académie de médecine”, por M. Colombat de l’Isère, Paris: Mansut. Prefacio de Itard.

Itard, J.M.G. (1836) Sur un mémoire intitulé : « Recherches sur la surdité, considérée particulièrement sous le rapport de ses causes et de son traitement» por Gairal , Mémoires de l’Académie royale de médecine, Paris, 5, págs.525‐552.

Trabajos de Itard disponibles en la red

Itard, J.M.G. Manuscrito : Copia parcial del testamento de Itard, hecha por M. Lehon, y documentos anexos. 1838. (Materiales incluidos en el catálogo de la BIUM, URL http://web2.bium.univ‐ paris5.fr/livanc/?cote=extijso00007&do=c hapitre)

Itard, J.M.G. Manuscritos : Sucesión médica de M. Itard. 1838. (Materiales incluidos en el catálogo de la BIUM, URL http://web2.bium.univ‐ paris5.fr/livanc/?cote=extijso00006&do=c hapitre )

Itard, J.M.G. Mémoire et Rapport sur Victor de l’Aveyron (1801 et 1806 –la redacción del texto fue fechada en 1806, pero su publicación fue en 1807), textos disponibles en versión completa en la página web de la Universidad de Québec, URL http://classiques.uqac.ca/classiques/itar d_jean/victor_de_l_Aveyron/victor.html

Itard, J.M.G. Traité des maladies de l’oreille et de l’audition / vol 1, Paris : Méquignon, 1842. (Materiales incluidos en el catálogo de la BIUM, URL http://web2.bium.univ‐ paris5.fr/livanc/?cote=35072×01&do=chap itre )

Itard, J.M.G. Traité des maladies de l’oreille et de l’audition / vol 2, Paris : Méquignon, 1842. (Materiales incluidos en el catálogo de la BIUM, URL http://web2.bium.univ‐ paris5.fr/livanc/?cote=35072×02&do=chap itre)

 

 Notas:

[1] Jean Marc Gaspard (se trata de tres nombres: Jean Marc y Gaspard y no Jean-Marc, como usualmente se lo menciona – cf Eloge de Bousquet, 1839: Eloge historique de M. Itard, lu dans la séance publique annuelle de l’Académis royale de médecine du 1er décembre 1839 par M. Bousquet, IX – XXXII)

[2] Constant de Saint‐Estève, Rapport sur le sauvage de l’Aveyron, 22 janvier 1800, en Bonnaterre. Pierre Joseph Bonnaterre, 1800, Note historique sur le sauvage de l’Aveyron et quelques autres individus qu’on a trouvés dans les forêts à différentes époques, Paris, Vve Panckoucke.

[3] El “verdadero” apellido del Abad era “Cucurron”; “Sicard” es el apellido de su madre. El Abad se hacía llamar por este último, ya que “Cucurron” es un apellido de evocaciones muy ridículas en francés, ya que se puede entender como “culito redondo”, lo que permite entender las reservas del abad.

[4] Mémoire de l’éducation d’un homme sauvage ou des premiers développemens (sic, ortografía de la época) physiques et moraux du jeune sauvage de l’Aveyron par E. M. Itard (sic), Médecin de l’Institution Nationale des Sourds‐Muets, Membre de la Société Médicale de Paris).

[5] Rapport fait à son excellence le Ministre de l’intérieur sur les nouveaux développemens et l’état actuel du sauvage de l’aveyron par E. M. Itard (re sic), Docteur en médecine, médecin de l’Institution Impériale des Sourds‐Muets

[6] Ver Itard, J.M.G. (1812) “Mémoire sur les moyens de rendre la parole aux sourdsmuets, présenté à la Société de médecine de Paris, par M. Itard, médecin de l’hospice des sourds‐muets” Bulletin de la Faculté de Médecine de Paris, 1812, 1, págs. 72‐79, y luego en el Journal de Médecine, 1818,15. E Itard, J.M.G. (1821) “Rapport fait à MM. les administrateurs de l’Institution des sourds‐muets de Paris sur ceux d’entre les élèves qui, étant doués de quelque degré d’audition, seraient susceptibles d’apprendre à parler et à entendre”, Journal universel des sciences médicales, 1821, 22, págs. 5‐ 17.

 

 

 

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