Por Alejandro Oviedo y Armando Álvarez V.
Berlín y Caracas, 2006.
Sección: Biografías
José Arquero Urbano es una figura esencial en la historia reciente de los Sordos en Venezuela, y un líder destacado de la comunidad Sorda española. Fue el promotor, uno de los fundadores y primer presidente de la Asociación de Sordos de Caracas, y su influencia en la comunidad fue tal que muchas personas Sordas lo consideran el creador de la Lengua de Señas Venezolana. Vamos a contar algunas cosas acerca de su vida y de su obra.
Arquero Urbano en España
José Arquero Urbano nació en Madrid el 27 de Diciembre de 1914. Perdió la audición de niño, a consecuencia de una enfermedad que no recibió tratamiento adecuado, por la pobreza de su familia. Esta condición lo privó también de la oportunidad de recibir educación formal. Los esmeros de su madre, y el deseo de aprender, le permitieron sin embargo formarse por su cuenta. Entre esa formación estaba el oficio de la zapatería, que ejercía por su cuenta en su juventud, y le permitía ganarse la vida.
Cuando estalló la Guerra Civil Española (1936‐1939), José Arquero Urbano tenía una participación muy activa en la comunidad Sorda de Madrid, y con muchos otros compañeros Sordos se enroló en la defensa de la República Española contra la avanzada fascista. Según relatos del mismo Arquero, transmitidos por sus amigos de la Asociación de Sordos de Caracas (Alvarez 2006), más de una vez se vio en situaciones de gran peligro. En una ocasión, por ejemplo, se salvó de ser fusilado gracias a la intervención providencial de un pariente suyo, que era oficial de la Guardia Civil.
En las memorias de Juan Luis Marroquín (Gascón 2004), quien fuera Presidente de la Asociación de Sordomudos de Madrid y amigo de Arquero Urbano, encontramos varias referencias a la labor de nuestro personaje durante esos años:
Cuenta Marroquín que la ciudad de Madrid, fiel a la República, se encontraba cercada por las tropas fascistas. Sus habitantes formaron grupos de milicianos que cumplían labores de defensa y logística. Los Sordos también participaron en ello. Los había también combatientes, incorporados a unidades mayores y con mandos secundarios propios. Entre ellos, José Arquero Urbano ostentaba el grado de cabo (Gascón 2004).
Durante la guerra, la Asociación de Sordomudos atravesó también dificultades derivadas de la falta de sensibilidad de algunos funcionarios republicanos hacia sus paisanos Sordos. El local de la Asociación, por ejemplo, estaba siendo reclamado por instancias del gobierno para ser destinado a labores educativas, y Arquero fue uno de quienes lucharon por conservar esos espacios para la comunidad Sorda.
Después de la guerra, encontramos a Arquero dedicado por entero a la Asociación de Sordomudos de Madrid. Entre 1946 es elegido Presidente, cargo en el que permanecerá hasta 1949, cuando decide separarse de él para emigrar a Venezuela. 35 años había pasado Arquero Urbano en su país natal, en el que no volverá a vivir.
Su vida en Venezuela
Como muchas decenas de miles de sus compatriotas, que veían en la emigración la oportunidad de salir de la pobreza que entonces asolaba a España, José Arquero Urbano, acompañado por su hermana, decidió abandonar Europa y buscar suerte en Venezuela. Desembarcaron en Venezuela en enero de 1950, y fijaron su residencia en Caracas, la capital.
Allí comenzaron de inmediato a buscar a otros Sordos. En Caracas no había entonces ninguna asociación ni un lugar público para reuniones. Sólo luego de tres meses de intentos infructuosos supo Arquero, por su hermana, que en una tienda de juguetes había dos empleados Sordos. El se fue inmediatamente al sitio, y abordó a los dos empleados, Eduardo López y Gustavo Alvarez. Gustavo había estudiado en Madrid, años antes, y conocía la Lengua de Señas Española, por lo cual pudieron entenderse sin dificultades desde el principio. Arquero Urbano los convenció de la necesidad de conformar una asociación, y eso hicieron. Ya el 1 de abril de 1950 registraron la Asociación de Sordomudos de Caracas, la primera de las fundadas en el país. Arquero fue elegido su primer presidente, y sesionaban en la Plaza Bolívar, ya que no tenían una sede propia (Pérez de Arado 2005:102).
En 1952, José Arquero Urbano se casó con otra Sorda española, Mari Carmen Lon, con quien tuvo una hija. El matrimonio duró 25 años, hasta que Mari Carmen falleció en 1977.
Paralelamente a sus actividades en la Asociación, que eran honorarias, José Arquero trabajaba en otros lugares para ganarse la vida. Entre sus labores estuvo, inicialmente, la de encuadernador, en imprentas. Más adelante comenzó a trabajar en el área de artes gráficas de Montana, una empresa productora de pinturas, cuyos dueños eran protectores de las personas sordas y ciegas. De esa empresa salió Arquero jubilado.
José Arquero Urbano estuvo siempre en la directiva de la Asociación. En los períodos en los que no ocupó la presidencia se encargaba de otros cargos como el de secretario general. Así hizo a lo largo de 40 años, hasta su muerte, ocurrida en Caracas el 01 de abril de 1990, justo el día en que se cumplían 40 años de la fundación de la Asociación de Sordomudos de Caracas. Tenía 76 años, y estaba afectado por un cáncer de faringe.
La Asociación de Sordomudos de Caracas (ASC)
La ASC, que desde hace años retiró la palabra « mudos » de su nombre (ahora se llama Asociación de Sordos de Caracas), fue desde sus inicios una institución con fuerte inclinación social. Entre otros programas para favorecer el desarrollo de sus miembros (tales como cursos de formación de diverso tipo), dispuso la creación de fondos de asistencia para sus miembros en situación desfavorable, entre los cuales estaba un sistema de préstamos amigables para los que perdían el trabajo. Además de eso, ofrecía un rico entorno para la socialización de los miembros: numerosos encuentros deportivos y culturales eran organizados por la ASC. Entre esas actividades estaba un teatro en el que se llegaron a escenificar varias obras en lengua de señas.
Aun cuando no hay una investigación que presente en detalle la historia de la ASC, lo que se sabe de ella era que sus miembros tenían una clara conciencia de sí mismos como grupo, y que se volcaron a tomar medidas para socorrerse mutuamente, en todos los planos, y promover la autonomía y la dignidad de sus miembros. En eso jugó José Arquero Urbano, con toda seguridad, un papel protagónico. Durante su vida en España lo encontramos entre un grupo de activistas con ideas de avanzada, luchando en contra del fascismo, y defendiendo la idea de que los Sordos no tienen por qué depender de la caridad pública, sino que tienen la posibilidad y la responsabilidad de incorporarse a la vida ciudadana en igualdad de condiciones (Gascón 2004). Y eso mismo debió haberles contado a sus compañeros venezolanos, que se nutrieron de la experiencia y de las ideas de José Arquero Urbano.
José Arquero Urbano y el origen de la LSV
Como afirmamos antes, entre muchos Sordos venezolanos circula la idea de que José Arquero Urbano fue el creador de la Lengua de Señas Venezolana. Es interesante detenerse un instante en este punto, que a pesar de no ajustarse del todo a la verdad, revela ciertos hechos históricos.
Aun cuando no hay todavía estudios que la confirmen, existe la especie de que la LSV es la más parecida a la Lengua de Signos Española entre todas las lenguas de señas de los países hispanos (Comunicación personal con José Gabriel Storch de Gracia, noviembre de 2006.).
Sin duda que la llegada de Arquero Urbano a Caracas juega en ello un rol muy importante. Sin embargo, antes de la llegada de Arquero ya había una comunidad de Sordos en Venezuela, y ya había recibido influencia de la LSE. A falta de fuentes conocidas más tempranas, debemos remontarnos al menos hasta la fundación de la primera escuela de sordos del país, el Instituto Venezolano de Ciegos y Sordomudos, que abrió sus puertas en 1935. En esa institución fue contratado, como director, un maestro español llamado Vicente Alnoriaga. En la escuela se toleraba el uso de señas, fuera de las horas de clase, aunque la instrucción se impartía en español hablado y señado (Comunicaciones personales con Carlos Sánchez, Yolanda Pérez, Ana María Morales, Claudia Jaimes y Diana Nivia en junio de 2006). Los niños ciegos y los sordos tenían espacios separados. El régimen escolar incluía el internado (Sánchez 1990).
Los niños, según relatos de testigos de esa época, no trajeron consigo una lengua de señas elaborada, sino algunas señas caseras (Oviedo 2004, Sánchez 1990). Dichas señas, junto con las aportadas por el maestro español, pudieron ser los componentes a partir de los cuales se fue formando la LSV. En 1946, la escuela de ciegos se separó de la de sordos, y esta última, convertida en Escuela‐Taller de Sordomudos, fue encargada a una congregación de monjas franciscanas españolas. Las monjas continuaron con la práctica de tolerar las señas fuera de las aulas, pero además de eso impartían el catecismo en LSE (Comunicación personal con Aymara de Alvarez, en febrero de 2006), si no en algún sistema señado basado en el español y la LSE.
Además de todo esto, Gustavo Alvarez, uno de los líderes fundadores de la ASC, había hecho varios años de escolaridad en Madrid, donde había aprendido también la LSE (Comunicación personal con José Gabriel Storch de Gracia, en noviembre de 2006.). Vemos, así, que a pesar de que la influencia de José Arquero Urbano debió ser muy intensa, la LSV ya se había conformado a su llegada, y en ese proceso había tenido ya un contacto repetido con la LSE. La versión de Arquero Urbano como creador de la LSV corresponde más a las míticas dimensiones propias de los momentos fundacionales de cualquier colectivo, en las que deben generarse figuras heroicas.
Pero José Arquero Urbano fue, de cualquier modo y sin dudas, un héroe, un héroe de lo cotidiano, a lo largo de una vida dedicada por entero a sus hermanos Sordos, y así es recordado todavía por muchos en Venezuela, y tal vez aún por algunos de sus compañeros que todavía estén vivos en España.
Fuentes:
Alvarez V., A. (2006) Biografía del Señor José Arquero Urbano. Caracas, Asociación de Sordos de Caracas (texto inédito)
Gascón Ricao, A. (2004) Memorias de Juan Luis Marroquín. La lucha por el derecho de los sordos. Madrid: Ramón Areces.
Pérez de Prado, B. (2005). Mis apuntes sobre el Sordo, su cultura y su lenguaje. Caracas : CEPROSORD
Oviedo, A. (2006) „Zur Entwicklung der Gehörlosenbildung in Venezuela (1935‐ 2006)“. Conferencia leída en la Humboldt Universität zu Berlin, Berlín, el 05.7.2006
Oviedo, A. (2004) Classifiers in Venezuelan Sign Language. Hamburgo: Signum.
Sánchez, C. (1990) La increíble y triste historia de la Sordera. Caracas: CEPROSORD.
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