Por Leonardo Peluso y Stella Vallarino,
Montevideo, 2014.
Sección: Artículos, educación.
Al igual que ha ocurrido a nivel internacional y regional, los modelos educativos para los sordos han estado en fuerte debate en estos últimos tiempos, como puede observarse en los trabajos de Behares, 1989; Skliar, 1999; Larrinaga y Peluso, 2007; Peluso, 2010; Behares, Brovetto y Peluso, 2012; Massone, 2009; Massone, Buscaglia y Cvejanov, 2012; Lodi, 2013; y Vallarino y Yorio, 2013, para mencionar sólo los más destacados dentro del debate nacional y regional actual. A partir de estos autores, y de nuestra propia inserción en la realidad educativa de los sordos en Uruguay, vamos a brindar una visión panorámica acerca de estos diferentes modelos y la concepción de lengua e identidad sorda que manejan. Estos modelos podrían ser agrupados bajo estas cuatro categorías: el oralismo, el bimodalismo, el neo-oralismo (integración e implante coclear), y la educación bilingüe y bicultural. Estas opciones presentan las siguientes características:
– El oralismo. Esta es la posición más tradicional, actualmente en franco retroceso, que supone la educación de los sordos a espaldas de la lengua de señas (en Uruguay ya no existen más este tipo de escuelas, luego de la implementación del modelo bilingüe en las escuelas públicas para sordos a partir del año 1987).
En este modelo educativo oralista los sordos asisten a una escuela especializada (en el caso de Uruguay y de varios países de Latinoamérica en el marco de la Educación Especial) y son entrenados exclusivamente en la lectura labial y la articulación y se desestimula todo contacto con la cultura sorda y su lengua (aunque paradojalmente se constituyeron como los espacios de transmisión y preservación de la cultura sorda y la lengua de señas)…
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