Berlín, 2006.
Sección: Reseñas.
Reseña de
Erting, Carol, Robert C. Johnson, Dorothy Smith y Bruce D. Snider(eds.) (1994). The Deaf Way: Perspectives from the International Conference on Deaf Culture. Washington, D.C.: Gallaudet University Press, 907 págs. ISBN: 1‐56368‐026‐2.
Entre el 9 y el 14 de julio de 1989 se celebró en la Universidad de Gallaudet, en Washington, D.C., el festival Deaf Way, que reunió a varios miles de personas Sordas y oyentes en una inmensa celebración de las lenguas y las culturas Sordas. El libro que reseño aquí es un grueso volumen, escrito en inglés, que reúne 155 de los más de 300 presentados durante el encuentro.
Voy a hacer un comentario general sobre el libro, que es un valioso compendio de trabajos sobre los temas que me ocupan en esta publicación electrónica sobre las culturas Sordas. No podré, por razones de espacio, hacer comentarios particulares de los interesantes artículos incluidos aquí (son más de 900 páginas de texto, impresas en 10 puntos y en hojas tamaño carta!), pero procuraré comentar de modo general el contenido del libro.
Comenzaré por reseñar los antecedentes del evento, y su significado en el contexto de la historia reciente de los Sordos, para que se comprenda mejor el valor que tiene esta publicación.
El Festival Deaf Way
Carol Erting, la principal editora del volumen, fue quien originalmente propuso la idea del festival. Ella cuenta, en el prólogo del libro, que durante la década de 1980 estuvo realizando viajes por varios continentes en procura de establecer contacto directo con las comunidades Sordas locales. Erting es antropóloga, y quería escribir un estudio sobre el fenómeno de la cultura Sorda. En todas partes encontró comunidades bien organizadas, que compartían interesantes formas de ver el mundo, y poco a poco concibió la idea de reunir representantes de todas esas comunidades en un festival internacional de la cultura Sorda. En esos años, varios países del mundo estaban siendo testigos de un proceso que algunos teóricos llaman « el resurgimiento » de la cultura Sorda, que se manifestaba principalmente con un impulso por volver a usar las lenguas de señas en la educación de los niños Sordos. Por dondequiera surgían publicaciones acerca de las lenguas de señas, y las comunidades Sordas recuperaban un lugar histórico que les había sido negado desde finales del siglo XIX, tras el Congreso de Milán.
Carol Erting es profesora de la Universidad de Gallaudet, la única institución académica del mundo dedicada exclusivamente a formar especialistas Sordos. En 1987, Erting propuso a las autoridades de la universidad realizar el encuentro, y recibió de inmediato el apoyo institucional necesario para el proyecto. La idea central era reflejar el resurgimiento internacional de las comunidades Sordas, justamente un siglo después de Milán.
El nombre seleccionado, Deaf Way (“estilo Sordo”) es traducción libre de DEAF‐ THEIRS, una frase en ASL (la lengua de señas de Estados Unidos) que generalmente se traduce como “los sordos [cuidan] lo suyo”. El concepto es usado en la comunidad para referirse a su propia manera de ver el mundo. El concepto “cultura Sorda” es de introducción posterior en esas comunidades.
Inicialmente, los organizadores contaban con reunir unas 500 personas. Se decidió que las lenguas del evento serían la ASL, el International Sign y tres lenguas habladas: inglés, francés y español. Numerosas personas Sordas fueron incorporadas al comité organizador, y recibieron responsabilidades que pocas veces en la historia de esa universidad se hubieran concedido a los Sordos. Había entre ellos, sin embargo, un cierto pesimismo acerca de los resultados del festival.
Corría el año 1988. La Universidad de Gallaudet experimentó entonces lo que se conoce como el movimiento Deaf President Now! (DPN), “Rector Sordo Ahora!”. La comunidad Sorda de la institución realizó una intensa campaña pública para que se eligiera una persona Sorda para dirigir la institución. Como resultado de esa campaña, que resultó exitosa, hubo un generalizado entusiasmo entre los Sordos de todo el mundo, que proyectó el evento a proporciones inesperadas: cuando comenzó, el 9 de julio de 1989, se registraron en él más de 6000 personas, provenientes de 80 países distintos. 350 intérpretes fueron acreditados, y los trabajos presentados, más de 300, se distribuyeron entre 16 sesiones plenarias, 45 simposios y más de 200 talleres acerca de los temas más variados. Las actividades comprendían exposiciones de arte, piezas de teatro, proyección de películas, discusiones científicas, etc.
Nunca antes se había hecho, en el mundo, una manifestación pública tan rica y abundante acerca de las lenguas y las culturas de las personas Sordas. El Deaf Way marcó un hito en la historia reciente de esas comunidades. El Deaf Way se convirtió en el imaginario de los Sordos del mundo en La Meca del mundo Sordo, escribió Merv Garretson, autor de uno de los prólogos del libro. Ignorados y reprimidos en el mundo entero durante más de un siglo, los Sordos tuvieron en el Deaf Way la oportunidad de quebrar la visión que se tenía acerca de ellos. De repente se mostró ante la opinión pública que existía un pueblo Sordo universal, con una impresionante cantidad de discursos y organizaciones, con una postura crítica, con una fuerte voluntad de ser reconocido y una “voz” propia y madura.
El libro Deaf Way
Uno de los problemas más interesantes que enfrentaron los editores de este libro fue el de las versiones escritas finales. Muchas ponencias y conferencias fueron entregadas a los organizadores en versiones escritas (en cualquiera de las tres lenguas del evento) y relativamente listas para su edición. Pero la mayoría de ellas no fue entregada así. No pocas eran apenas esbozos, esquemas o borradores de trabajo, que cada autor presentó para orientar su exposición. Hubo que recurrir a los autores, nuevamente, para obtener versiones más elaboradas. Muchas ponencias fueron presentadas por autores Sordos en una versión muy deficiente en alguna de las tres lenguas del evento, y fue necesario corregirlas para unificar los criterios editoriales[i] . Otras ponencias fueron señadas, y los autores no entregaron versiones escritas, lo que hizo necesario revisar las filmaciones disponibles, y realizar versiones en inglés de ellas.
El resultado se reunió en diez secciones, cada una de las cuales recibió una introducción particular. Las secciones son: 1. Culturas Sordas alrededor del mundo, 2. Historia Sorda, 3. Estudio de las lenguas de señas en sociedad, 4. Diversidad dentro de la comunidad Sorda, 5. Clubs Sordos y deportes, 6. El niño Sordo en el contexto familiar, 7. Educación, 8. Interacción Sordo/oyente, 9. El Sordo y las artes, y 10.Sordos y derechos humanos
Los contenidos son fascinantes en su variedad: la poesía en lenguas de señas ; el humor visual de las comunidades Sordas ; la identidad Sorda ; discusión de los conceptos de minoría, cultura, arte, historia, investigación etnográfica (entre otros muchos) aplicados al estudio de estas comunidades. Hubo reportes de comunidades Sordas de todos los continentes, de la variedad social dentro de comunidades Sordas grandes en ciudades (problemas de género, conflictos de raza, etc.). Se
1 presentaron numerosos estudios sobre gramáticas de las lenguas visuales, sobre adquisición de las lenguas de señas en niños Sordos, sobre interacción comunicativa entre Sordos y oyentes. Se presentaron proyectos en desarrollo de todo tipo: científicos, sociales, comunitarios, artísticos.
Lamentablemente, el libro no es fácil de obtener en América Latina (los lectores europeos tienen más ventajas en ello), y su lectura se ve limitada por haberse editado únicamente en inglés. Lo distribuye todavía la editorial de Gallaudet (http://gupress.gallaudet.edu/) , y es bastante costoso (los ejemplares nuevos cuestan alrededor de 120 US dólares). Más detalles acerca del contenido pueden consultarse a través de http://www.sign‐lang.uni‐hamburg.de/Bibweb , a través de la búsqueda del título del libro.
Notas
[i] Este es un punto muy interesante. En 2001, un grupo de profesores colombianos, norteamericanos y yo decidimos publicar un libro con las versiones originales de las ponencias del Deaf Way que se relacionaban con Iberoamérica. En el caso de los originales en español, nos enfrentamos al mismo problema de las versiones deficientes, pero decidimos tocarlas lo menos posible, convencidos de que era una muestra de respeto hacia los autores, pues consideramos esos textos como una especie de dialecto escrito típico de la comunidad Sorda. En los textos podía “sentirse” que la voz del autor era una voz extranjera, y que en ella se transparentaba la lengua de señas. Pronto voy a publicar una reseña de ese libro (Patiño, L. et al. (eds.) 2001. El Estilo Sordo, Cali: Universidad del Valle). Algunos autores (como Ladd, P. 2003. Understandig Deaf Culture. Sydney: Multicultural Matters) cuestionan este tipo de criterio, diciendo que va en desmedro de la voz de grupos minoritarios que se expresan a través de una lengua mayoritaria. El criterio de Ladd fue el seguido por los editores de la versión inglesa.
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