Berlín, 2015.
Sección: Reseñas.
Reseña de
Marc Renard (2004) Écrire les signes. La Mimographie d’ Auguste Bébian et les notations contemporaines. [Escribir las señas. La Mimografía de Auguste Bébian y las notaciones contemporáneas] París: Éditions du Fox, 139 págs.
Marc Renard es un escritor Sordo francés. Como autor principal y en colaboración con otros escritores ha publicado ya otros siete libros acerca de los Sordos, su historia y sus lenguas de señas. El volumen que reseño aquí, en francés, es el más reciente de sus trabajos, hasta donde conozco. Contiene una reedición completa y comentada de un libro clásico del Siglo XIX, la Mimographie, escrita por Bébian, así como una reseña ricamente ilustrada de seis sistemas modernos de transcripción de las lenguas de señas.
La Mimographie
El guadalupeño Roch Ambroise Auguste Bébian es un personaje obligado de la historia de la educación de los Sordos. Ya en otro lugar de esta publicación electrónica le he dedicado algunas páginas (leer biografía de Bébian). Nacido en la Isla de Guadalupe en 1789, Bébian se fue a París muy joven a continuar sus estudios. Era ahijado (por eso llevaba el mismo nombre) del Abate Roch Ambroise Cucurron Sicard, quien al momento en que el muchacho se fue a Francia dirigía la escuela de sordos de París fundada por el Abate Charles Michel de l´Epée. El joven Bébian se integró a la vida de la escuela, y se convirtió en maestro de ella. Se cuenta que era entonces el oyente que mejor dominio tenía de la Lengua de Señas Francesa (LSF). En 1825, llevado por la idea de desarrollar un sistema de escritura para hacer un diccionario de la LSF, Bébian publicó su Mimographie, que llevaba el subtítulo de Essai d´ ecriture mimique propre a régulariser le langage des sourds‐ muets. Bébian consideraba que para mejorar la educación de los sordos era indispensable emprender un trabajo de estandarización de su lengua de señas, y acuñar en ella los términos que requería su uso como lengua escolar. Bébian fue el primer pedagogo que consideró la necesidad de una escuela bilingüe para sordos (francés‐ LSF). Sus antecesores en la escuela de París eran más de la idea de usar un sistema artificial de señas (que se llamaría hoy “francés señado”) para enseñar el francés escrito, que era el verdadero objetivo de su trabajo.
La Mimographie es un libro breve, de 42 páginas de texto y tres planchas con ilustraciones, en el que Bébian explica un método para transcribir las señas de la LSF a partir de cuatro componentes formales sin significado: las formas de la mano, los movimientos, las localizaciones espaciales y las expresiones faciales. Con esto, Bébian fue realmente el primer estudioso en definir un nivel segmental para las lenguas de señas. Su obra, lamentablemente, no recibió la atención de sus contemporáneos, y fue olvidada. 135 años después, en 1960, William Stokoe publicó un trabajo en el que hacía un planteamiento similar al de Bébian, y se convirtió con ello en el padre de la lingüística de las lenguas de señas. De su antecesor no se menciona usualmente nada. Al respecto puede leerse mi ensayo sobre las huellas de la obra de Bébian en la obra de Stokoe (leer artículo).
De la Mimographie sobreviven algunos pocos ejemplares dispersos en algunas bibliotecas europeas, la mayor parte de los cuales están en tan mal estado que no ha sido posible hacer con ellos una edición facsimilar. El mérito de este libro de Renard es haber reconstruido un ejemplar completo del libro de Bébian, a partir de la revisión de varios de los ejemplares sobrevivientes, y reeditarlo para los lectores modernos. Buena parte del trabajo de Renard consistió en rehacer las planchas con ilustraciones, de las que se incluyen en su libro versiones originales y reconstruidas.
A la Mimographie se dedican las primeras 48 páginas del libro de Renard. Le siguen unas notas biográficas sobre Bébian (en las que destaca el hecho de que nuestro personaje fue también el fundador de la educación pública en Guadalupe, y el primero en educar a niños negros en ese país caribeño ) y una reseña histórica del contexto en que vivió y produjo su obra. Renard termina esta parte del libro con una reflexión crítica sobre el desconocimiento que hay, entre los Sordos modernos, de este hombre. Muestra de ello, dice es que en
Pointe‐á‐ Pitre, la calle donde él fundó la primera escuela para niños de color, ha sido rebautizada Calle Bébian en vano buscaremos una calle similar en París. Sólo el INJS , su vieja escuela, honró pobremente su memoria al darle su nombre a una pequeña sala de reuniones (pág. 58)
Las notaciones contemporáneas
La segunda parte del libro, que se dedica a la revisión de seis sistemas modernos de transcripción de las lenguas de señas, es abierto por Renard con una frase de Bébian, tomada del prólogo a la Mimographie, que dice: “Yo he trazado el camino. Otro, más hábil o mejor apoyado, llegará al objetivo”. Y así, fue, efectivamente. En 1960, William Stokoe logra darle una forma elaborada a un sistema de transcripción de bases similares a las del propuesto por Bébian, y consigue la atención que le fue negada al guadalupeño. Las lenguas de señas comienzan a ser por fin consideradas objeto de estudio de la ciencia, y reciben la descripción que permite iniciar políticas para su estandarización. Renard describe, a partir de aquí, los principios de uso y los fundamentos de los sistemas de transcripción desarrollados por
- William C. Stokoe
- François‐Xavier Nève
- International Visual Théatre
- Paul Jouison
- Siegmund Prillwitz y colaboradores
- Valerie Sutton
Los sistemas enumerados como 1, 5 y 6 son relativamente bien conocidos y han recibido una intensa difusión fuera de sus países de origen. El debido a Stokoe, por ejemplo, desarrollado en 1960 y ampliamente usado en el diccionario de la ASL que Stokoe y sus colaboradores publicaron en 1965 (del cual hay una reseña en esta página web), ha sido la base para otros sistemas más completos, como es el caso del producido por Prillwitz y su grupo en la Universidad de Hamburgo (y conocido como HamNoSys: Hamburg Notation System). El de Valerie Sutton es el llamado SignWriting, un sistema de escritura que ha recibido mucha difusión entre los Sordos de todo el mundo, particularmente a través de la red.
Los otros tres sistemas abordados por Renard (los marcados como 2, 3 y 4) son para mí nuevos. Se trata de propuestas desarrolladas por personas de habla francesa, y que no parecen haber ganado adeptos en otras latitudes. El sistema de Néve fue propuesto en 1996 para la descripción de la lengua de señas de la Bélgica francoparlante. Dice Renard que también fue desarrollado a partir de los principios del sistema de Stokoe. El sistema del International Visual Théatre fue desarrollado a principios de la década de 1980 por Michel Girod, en París. Tiene la peculiaridad de señalar la dirección del movimiento a través de la rosa de los vientos, al modo de las orientaciones geográficas. Las formas de la mano reciben una etiqueta numérica, y el sistema reconoce 142.
El sistema de Jouison, conocido como D´Sign, fue desarrollado en Francia a finales de 1980 por Paul Jouison, quien lo dejó incompleto a su muerte, ocurrida en 1991. Es un complejo sistema de transcripción de discurso señado que no tiene base directa en otro sistema conocido, y que se escribe en líneas de izquierda a derecha. Según relata Renard, el trabajo inédito de Jouison fue recuperado y editado por Brigitte Garcia en un libro en 1995 , y no ha sido usado por otros estudiosos.
Al final de sus explicaciones de cada uno de los seis sistemas, Renard presenta una tabla comparativa donde enumera cuáles son sus principios de funcionamiento, y muestra su aplicación en la transcripción de una misma seña de la LSF, LIBRO.
¿Escribir las señas?
Así titula Renard la sección final de su libro, el mismo título de la obra, esta vez formulado como pregunta. En ella hace el autor una serie de reflexiones sobre el hecho de la transcripción de las lenguas de señas. Esos sistemas nacen de una ausencia, el hecho de que las culturas Sordas sean ágrafas, pero no han sido propuestos por los mismos Sordos, sino por oyentes. Su aparición es motivada en la mayoría de los casos por una necesidad científica (la de registrar las señas para el análisis lingüístico), y de allí su enorme complejidad: mientras un alfabeto cualquiera de los usados para escribir una lengua hablada tiene apenas unas pocas decenas de símbolos, los sistemas de transcripción de las lenguas de señas tienen por lo general bastantes más de cien.
Los Sordos pueden aprender a leer y escribir, si reciben una educación adecuada, en las lenguas habladas de sus países de origen. Esto les permite, además de un canal de comunicación con el entorno oyente, aprovechar el tesoro que representa la tradición escrita de esas lenguas. Es ese un asunto, cierra Renard, que se le debe dejar a los Sordos, quienes son los que pueden decidir sobre algo tan complejo.
¿Dónde conseguir el libro?
Lo hay en varias librerías francesas, y desde otros países se puede encargar, entre otros lugares, en la página web de “Éditions du Fox”. Tiene un precio de 12 Euros (más los gastos de envío).
Sé el primero en comentar