Reseña Schmaling, 2000: «Maganar hannu»

Alejandro OviedoPor Alejandro Oviedo,

Berlín, 2006.

Sección: Reseñas.

 

Reseña de
Constanze Schmaling (2000) Maganar Hannu: Language of the hands. A descriptive analysis of Hausa Sign Language (Lengua de las manos. Un análisis descriptivo de la Lengua de Señas Hausa), 295 págs. ISBN: 3‐ 927731‐70‐6

PortadaSchmalingEl estudio de las lenguas de señas del Africa negra no está todavía muy extendido. Hay en algunos países, tales como Sudáfrica, Tanzania, Kenia y Ghana, una cantidad relativamente importante de trabajos descriptivos, pero en la mayoría de países del Africa Subsahariana permenecen todavía las lenguas de señas locales sin mayor atención por parte de los lingüistas. Este trabajo de Constanze Schmaling es una de las obras más completas que encontramos en la bibliografía sobre los Sordos africanos: es una descripción gramatical general de la lengua de los Sordos que viven en la región hausa, en Nigeria.

Constanze Schmaling es alemana, pero vivió muchos años en Nigeria. Este libro fue presentado por ella como su tesis doctoral en la Universidad de Hamburgo en 1997.

La tierra hausa

Lingüísticamente, el pueblo hausa es una rama de la familia euroasiática, entre las que están también la semítica y la bereber. Su número se calcula en unos 50 millones de personas (la población total del país es hoy de 131 millones), que ancestralmente están asentadas en la zona norte de Nigeria (46 millones) y la sur de Níger (unos 4 millones). Es un pueblo convertido al Islam desde el Siglo X, y con tradiciones muy fuertemente arraigadas. Su sistema social se basa en las costumbres islámicas de tener a la cabeza un emir, elegido entre la élite de ancianos sabios, de maestros religiosos y ricos mercaderes. El resto de la sociedad se organiza en gremios determinados por el oficio. La mayor parte de la gente se dedica a labores agrícolas.

Tras la colonización inglesa en el Siglo XX se cambió el sistema de escritura basado en el alfabeto árabe por el latino (en 1939).

La gente Sorda en Nigeria

Las cifras acerca de cuántas personas Sordas hay en Nigeria varían mucho, como ocurre en todas partes. Mientras que algunos estudiosos ubican ese número en unas 70.000 personas, las cifras de otras fuentes, tales como las de la Federación Mundial de Sordos, hablan de cantidades entre 1 y 5 millones (p. 11). Schmaling estima que una cifra realista de Sordos usuarios de una lengua de señas debería estar alrededor de las 200.000 personas (p. 12). Las causas más frecuentes de sordera son enfermedades tales como la meningitis y la rubeola.

La comunidad Sorda hausa

La comunidad de Sordos hausa es diferente de la del resto de Nigeria. Usa una lengua de señas propia, y tiene una fuerte identificación entre ellos como comunidad y con el resto de habitantes oyentes de su región. La comunidad está organizada siguiendo los arreglos tradicionales hausas: hay un emir Sordo, y la población se reúne según criterios como educados vs. iletrados, viejos vs. jóvenes, etc. Hay dos asociaciones de Sordos en la región, en las que se reúnen por separado los Sordos iletrados y los escolarizados. Ambas son relativamente recientes (surgieron a principios de la década de 1990).

El nivel de pérdida auditiva no es importante como criterio para formar parte de la comunidad (tampoco hay acceso a audífonos o audiometrías). El dominio de la lengua de señas es el único criterio para ser parte de la comunidad, y hay muy pocos sordos que no se integren a ella (p. 14). Las reuniones de la comunidad no se hacen en lugares tales como asociaciones, sino en rincones de las poblaciones donde por distintas razones comenzaron a reunirse Sordos, y hoy son puntos de encuentro. Uno de ellos es, por ejemplo, un pequeño restaurant administrado por una mujer Sorda, al que acuden muchos de los Sordos iletrados para conversar.

En la televisión local no hay servicios de subtitulado. Sin embargo, los Sordos son allí muy aficionados a ver televisión. Entre las cosas que prefieren están las películas de Bollywood (cine de la India), que parecen entender bastante bien a pesar de no oír los diálogos [tal vez por el uso abundante que se hace en estas películas de la gestualidad en la expresión de los actores, y por las frecuentes danzas, que en la cultura tradicional india tienen un código gestual muy elaborado para narrar historias y transmitir sentimientos].

La comunidad Sorda hausa está bastante integrada a la sociedad general. No suelen formar instituciones aparte, sino que toman parte de la vida cotidiana de sus ciudades.

Como consecuencia, la interacción y la comunicación entre personas Sordas y oyentes es alta. Muchas personas oyentes, lo mismo jóvenes que viejas, son capaces de conversar con los Sordos libre y efectivamente a través de señas o de lengua de señas, al menos en un nivel básico. En la tierra hausa, la gente oyente no se siente avergonzada de « hablar » con las manos. Generalmente tratan de usar las manos tanto como pueden al comunicarse con los Sordos. Si no conocen la seña correcta y no se les ocurre un gesto apropiado, tratan de formar la palabra con los labios de forma lenta y clara (p. 17)

Esto último es muy interesante. Según informa Schmaling líneas más adelante, es común entre los pueblos del Africa negra (declara que otros autores dicen lo mismo de países como Niger, Mali y Ghana) usar muchos gestos para acompañar el habla. De tal modo, cuando conversan con un Sordo, no hacen más que intensificar esta práctica y consiguen con ello una comunicación básica. Esto ha sido, además, enriquecido con el constante contacto con los Sordos, quienes traen nuevas señas al discurso. Es una especie de integración al revés.

Esto es bastante llamativo cuando se lo compara con la situación en Europa, donde la gente oyente se siente casi siempre avergonzada de usar sus manos, especialmente si hay otras personas oyentes alrededor (p. 18)

La integración de los Sordos al colectivo oyente se ve fortalecida además por la composición social del pueblo hausa, en la que la familia conforma redes solidarias muy grandes, y los individuos están siempre apoyados por su grupo. El peso del Islam en ello es también grande: los débiles (mendigos, enfermos, discapacitados) son tradicionalmente protegidos y vistos como manifestación de la incomprensible voluntad de Dios, y deben ser atendidos (p. 19). Hay, sin embargo, algunos prejuicios tradicionales hacia los sordos, según los cuales son naturalmente mendigos, incapaces de proveerse la propia manutención (p. 20).

Educación de Sordos en Nigeria

La primera escuela se fundó en 1957, por un grupo de personas privadas con ánimos filantrópicos, unidos a la iglesia metodista británica. A partir de entonces se fundaron unas 24 escuelas en varias partes del país, todas a cargo de misioneros cristianos. El gobierno asumió un rol activo en esta área apenas en 1975, cuando surge un programa público de educación especial (p. 24). A partir de 1974 se crearon también departamentos de educación especial en varias universidades del país. Hasta entonces los maestros debían formarse en Inglaterra (p. 25). La política de las escuelas ha sido la integración de los sordos en la sociedad oyente.

En Nigeria se hablan más de 400 lenguas diferentes, con lo que el uso del inglés como lengua franca ha sido aceptado en todo el país. Los primeros años de la primaria, sin embargo, se hacen en la lengua mayoritaria local, y luego se sigue lentamente cambiando las clases al inglés. En las primeras escuelas tenían prácticas oralistas, basadas también en el inglés. Pero pronto cobró fuerza el uso de las señas, y las escuelas tendieron a usar entonces la ASL y métodos de comunicación total basados en ASL e inglés. Esto se vio reforzado cuando varios maestros Sordos regresaron a Nigeria tras conseguir sus títulos en Gallaudet, a partir de 1970. Este es el perfil actual de las escuelas de Sordos en la mayor parte de Nigeria. Las lenguas de señas locales no tienen cabida en la educación (p. 32­34).

En tierra hausa, sin embargo, la situación es algo distinta. La escuela de sordos de la región (Tudun Maliki) fue fundada en 1977, con lo que no alcanzó a verse influenciada por la corriente oralista inicial. Y sus maestros no se formaron fuera del país, con lo que no conocen ASL bien. Cuando pueden hacer seminarios en otras partes del país, o a través de diccionarios, aprenden ASL, pero debido a su deficiente dominio de esa lengua deben usar muchas señas de la Lengua de Señas Hausa. Este deficiente dominio de una lengua de señas hace que la calidad de la educación que se reciba en la región sea más baja que en otras partes del país (p. 36­38)

Lengua de Señas Hausa (LSH)

Los datos fueron recolectados por la autora a lo largo de 3 años de trabajo, principalmente en Kano, la capital de la región hausa. Sus informantes fueron en su mayoría Sordos varones (las mujeres hacen poca vida pública en la región, que es mayoritariamente musulmana), algunos escolarizados y otros no. El grado de sordera no se pudo determinar, ya que en la región no hay acceso a audiometrías (p. 49­50).

Los datos provienen mayormente de entrevistas directas, muchas de las cuales se videograbaron. La información fue transcrita en glosa (en lengua hausa con caracteres latinos) y para el análisis en HamNoSys (Hamburg Notation System, Sistema de Transcripción de Hamburgo).

El libro dedica los capítulos siguientes a la revisión detallada de aspectos fonológicos (capítulo 4), morfológicos (capítulo 5) y léxicos (capítulo 6). En cada uno de ellos se ofrecen abundantes ejemplos. Hay listas de unidades y de reglas para la generación de nuevas unidades en cada uno de los tres niveles de análisis abordados. La información ofrecida permite afirmar que la LSH presenta una estructura similar a la de otras lenguas de señas descritas hasta ahora. Hay en ella los mismos tipos básicos de componentes formales (formas de la mano, lugares de contacto, uso del espacio, etc.), las señas se organizan a partir de criterios similares, incorporan información modal, aspectual, etc. de modo similar a otras lenguas de señas. Y, como parece ocurrir también con otras lenguas, esta está fuertemente influenciada por la lengua y la cultura del entorno oyente en el que se encuentran.

Una dificultad que presenta la lectura del libro es el hecho de que los ejemplos no se encuentren ilustrados, sino apenas transcritos en HamNoSys. La comprensión de ese sistema de transcripción no es sencilla, y el lector no familiarizado, aun cuando hay al final del libro un apéndice con abundantes explicaciones sobre HamNoSys, encuentra dificultad para seguir las explicaciones. Yo eché también de menos una sección dedicada a la sintaxis de la LSH.

Es, sin embargo, un libro muy interesante. No hay muchas lenguas de señas, fuera de los países ricos, sobre las cuales haya estudios tan exhaustivos como este. Es una suerte para la población Sorda de la región hausa que este esfuerzo les haya sido dedicado.

Cómo conseguir el libro

El libro está escrito en inglés. Se consigue directamente a través de la página web de la editorial, http://www.signum­verlag.de, ubicada en Hamburgo, Alemania. También es posible adquirirlo a través de http://www.amazon.com/. Es un libro caro, para los estándares latinoamericanos –para los europeos es relativamente asequible. El precio en la editorial es de 27 euros; a través de amazon.com, cerca de 48 US dólares, además de los gastos de envío.

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