Saboureaux de Fontenay, el famoso discípulo de Jacob Rodrigues Pereira

Alejandro OviedoPor Alejandro Oviedo,

Berlín, 2007.

Sección: Biografías.

 

Saboureaux de Fontenay fue una persona Sorda muy conocida en Francia durante el Siglo XVIII. Fue, sin duda el más famoso de los « sordos parlantes » discípulos de Jacob Rodrigues Pereira. Pereira, era fama en su tiempo, había logrado que varios de sus discípulos sordos hablaran, y presentó a dos de ellos ante ilustres audiencias, tales como la corte real en Versailles y la Real Academia de Ciencias Francesa, para que quedara registro y fe de sus logros. Saboureaux fue uno de ellos.

Qué sabemos de Saboureaux de Fontenay

Saboureaux De Fontenay nació sordo, en la ciudad de Versalles, Francia, el año 1739. Su padre era un coronel del ejército francés al servicio de la corte real. A los siete años, Saboureaux fue enviado a Ganges, un poblado del sur de Francia, donde recibió varios años de instrucción a manos de un improvisado maestro del que sólo se sabe que se llamaba el « Señor Lucas ». Lucas era ingeniero, y estaba temporalmente a cargo de unas obras en Ganges. Al conocer al niño sordo, se empeñó en instruirlo, y durante el tiempo que duró su labor en Ganges dedicó buena parte de su tiempo libre a Saboureaux.

De él aprendió Saboureaux el alfabeto manual, a leer y escribir algunas palabras y frases en francés y algo de matemáticas (Fontenay 2006:21). Dos años estuvo el Señor Lucas enseñándole a Saboureaux. Finalmente, en 1749, tuvo que mudarse de ciudad, con lo que se separó de su estudiante. Pero poco después el padrino de Saboureaux, el influyente Duque de Chaulnes, decidió traer al niño a París y ponerlo en manos de Pereira, para que aprendiera a hablar. Era septiembre de 1750, y el niño tenía 11 años (Fontenay 2006:22).

Ya Pereira, en 1749, había presentado a su discípulo Azy de Etavigny ante los miembros de la Real Academia, y meses después ante el mismo rey. De Etavigny, según los testigos, podía pronunciar de modo inteligible diversos tipos de oraciones, así como modular el volumen de su voz, aunque tenía evidentes dificultades para pronunciar algunos de los fonemas franceses. Su maestro, Pereira, le transmitía las preguntas a través de señas o por escrito. Cuando el Duque de Chaulnes supo de esto, arregló una cita para que ambos, maestro y discípulo, fueran recibidos por el rey. Las presentaciones de Azy de Etavigny le granjearon a Pereira una fama inmensa como « el desmudizador» (Lane 2006:14) de los sordos. Poco después, Chaulnes decidió enviar también a su ahijado Saboureaux a aprender con Pereira.

El 27 de enero de 1751, apenas dos meses y medio después de su ingreso como discípulo de Pereira, Saboureaux (quien entonces tenía ya 12 años) fue presentado ante la Real Academia. Los académicos confirmaron que Saboureaux tenía habilidades parecidas a las demostradas antes por de Etavigny, aunque la pronunciación de Saboureaux era mejor que la de su predecesor. El éxito de esta segunda presentación ante la Academia le mereció a Pereira una especie de beca vitalicia de parte del rey (Lane 1984:81).

Saboureaux permaneció cinco años bajo la tutela de Pereira, y se cuenta que entonces hablaba bastante bien, y leía y escribía en francés y latín (Lane 1984:83). Difícilmente recuerdo ser un sordomudo, escribió en esos años Saboureaux a un amigo (Lane 1984:82)

En 1756 se retiró de la escuela de Pereira, y se dedicó a continuar su formación intelectual, sobre todo en lenguas (aprendió por su cuenta a leer en latín, italiano, hebreo y árabe), publicó un tratado de meteorología y asumió la educación de una niña sorda. Varios testigos de la época concuerdan en que, después de dejar a Pereira, Saboureaux no volvió a hablar, sino que prefería comunicarse por escrito. Un lingüista francés que lo conoció cuando Saboureaux tenía 30 años, declaró que en él no quedaban huellas de sus lecciones de habla (Lane 2006:15). El mismo Saboureuax, en su autobiografía, y contradiciendo sus primeros pareceres, escribió lo siguiente : de hecho, todos los mudos expresan la misma repugnancia a hablar (Lane 1984:84).

La autobiografía de Saboureux de Fontenay

En 1764, Saboureaux escribió su autobiografía, siguiendo, como muchos otros contemporáneos, el artificio de darle la forma de una carta. La tituló Carta del Señor Saboureaux de Fontenay, sordomudo de nacimiento, a la Señorita ***. El texto apareció en 1765, encartado en el periódico Journal de Verdun. Existe una traducción al inglés de partes de este texto, publicada en el libro The Deaf Experience. Classics in Language and Education, que editó Harlan Lane y se acaba de imprimir en la Universidad de Gallaudet (ver las fuentes, abajo, para más información).

Luego de que otro Sordo francés, Pierre Desloges, afirmara en 1779 haber sido el primer Sordo en publicar un libro (ver el correspondiente artículo en los HITOS SORDOS de www.cultura‐sorda.eu), Saboureaux le escribió una carta para reclamarle que ese mérito le correspondía a él, pues ya 14 años antes había publicado su autobiografía. Aun cuando tenía razón, cabe seguir concediendo ese mérito a Desloges: la autobiografía de Saboureaux de Fontenay no se publicó como libro, sino como un encarte de prensa. El reconocimiento de haber sido el primer Sordo en haber publicado un escrito suyo, sin embargo, debe hacérsele sin dudas a Saboureaux.

Saboureaux y las disputas entre Rodrigues Pereira y de L ́Epée

Pereira siempre tuvo la intención de fundar una escuela de sordos en París –tuvo una pequeña institución en Burdeos, que cerró en poco tiempo, pero en París enseñaba en su propia casa, y a un grupo mínimo de estudiantes. Pero, aun cuando ganó fama y dinero para su propia manutención, nunca logró que el Estado francés lo apoyara para crear una institución. El Rey Luis XVI, sin embargo, dispensó interés y apoyo al trabajo que el Abad Michel de L ́Epée realizaba con los sordos en París. El Abad, a diferencia de Pereira, atendía a varias docenas de niños a la vez (Pereira no tuvo más de 12 a lo largo de toda su vida), y aun cuando sus discípulos no hablaban, demostraban tener conocimientos intelectuales iguales o más complejos que los de los pocos discípulos que Pereira había mostrado en público.

En la década que compartieron en París como maestros de sordos (entre mediados de 1760 y mediados de 1770) hubo agrias disputas entre Pereira y de L ́Epée, muchas de las cuales están documentadas en textos de la época (ver Lane 1984). No pocas veces fueron llamados los respectivos discípulos como testigos a favor de uno u otro maestro. Azy de Etavigny, y luego Saboureaux de Fontenay, fueron los grandes argumentos de Pereira a favor de desplazar el uso de las señas y de educar a los sordos en el desarrollo del habla. Es una pelea que continúa todavía hoy. Pero es bueno recordar algunas cosas que se argumentaban ya en la época, y que no han perdido su interés :

Una de ellas es que, a despecho de lo que han dicho en todas las épocas los detractores de las señas en la educación de los sordos, incluso maestros como Pereira recurrían todo el tiempo a ellas, especialmente en los inicios de su trabajo con los niños (algo que también cita Pierre Desloges). Una de las pruebas de ello está en la autobiografía de Saboureaux de Fontenay. A lo largo de varios fragmentos de ese texto, Saboureaux cuenta que él usaba señas con frecuencia, antes de encontrarse con Pereira. Pereira, luego de haber estado varios meses trabajando con Saboureaux, y

Decidiendo que ya estaba yo suficientemente bien versado en diálogos cotidianos, los cuales me deletreaba con su alfabeto manual español extendido y mejorado, empezó a evitar el uso de gestos (Fontenay 2006:18).

Otra cosa que se discutía ya entonces, y que se discute todavía, es que Pereira debió haber escogido como sus discípulos únicamente a niños con restos auditivos suficientes como para enseñarles el habla. El nunca reveló sus métodos de trabajo, pero hay referencias que permiten sospechar lo anterior. Una de ellas es el fragmento que sigue, también proveniente de la autobiografía de nuestro personaje (el destacado es mío):

Después de ello, y encontrándome bien versado en el francés cotidiano, los hermanos Pereira y mi tío me hablaban, bien de modo audible [aloud, en la versión inglesa], o, para explicarse a sí mismos aún mejor, con gestos asistidos por deletreo manual, de un modo muy similar a hablar con sonidos (Fontenay 2006:25)

El hecho de que Saboureaux, a apenas dos meses y medio de estar con Pereira, ya pudiera hablar lo bastante como para ser presentado ante la Real Academia, parece confirmar lo anterior.

Ninguno de los textos que he consultado parecen hacer referencia a los últimos años de Saboureaux. Por eso no incluyo datos al respecto (incluso ninguno sobre el año de su muerte).

 

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Fuentes :

Fontenay, Saboureaux de (2006). «Extract of a letter from Saboureaux de Fontenay, a congenitally deaf person, to Mademoiselle ***». En: H. Lane (ed.) The Deaf Experience. Classics in Language and Education. Washington D.C., Gallaudet University Press, págs. 17‐ 27.

Lane, H. (2006). « Saboureaux de Fontenay ». En: H. Lane (ed.) The Deaf Experience. Classics in Language and Education. Washington D.C., Gallaudet University Press, págs. 14‐ 15

Lane, H. (1984) When the Mind Hears. A History of the Deaf. Nueva York: Penguin Books Deaf: Online Encyclopedia (visitada el 18 de Julio de 2006 bajo el enlace:
http://encyclopedia.jrank.org/DAH_DEM/DEAF.html

 

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